Blog Paleobull
Realizar ejercicio de forma habitual y llevar una alimentación basada en comida real son dos pilares fundamentales para disfrutar de una vida sana y plena, tanto a nivel físico como también emocional.
Sin embargo, en algunos casos practicar ejercicio sigue siendo una de las asignaturas pendientes, bien porque no encontramos el tiempo suficiente, nos resulta complicado acudir a un centro deportivo o todavía no hemos conectado con ese yo interior que está pidiendo a gritos una urgente carga de vitalidad. Excusas que debemos desterrar si queremos ofrecer el mejor bienestar a nuestro organismo.
La preocupación del ser humano por cuidar su cuerpo ha sido constante desde el principio de los tiempos. Es así como ha buscado métodos con los que conseguir, no solo un físico armonioso, sino también resistente, capaz de soportar las batallas del día a día, así como el paso de los años y las huellas que van dejando en el organismo.
Conocemos como gemelos o pantorrillas a esa masa carnosa que está situada en la parte trasera de las piernas, y que va desde las corvas de la rodilla hasta los tobillos. Está formada por una serie de músculos que son los responsables de iniciar la marcha, así como de tomar impulso para la carrera o la parada.
Por desgracia, las lesiones en la pantorrilla no son un hecho aislado, y no solamente para los deportistas, también suelen producirse en las actividades habituales de nuestro día a día. De ahí que mantenerlos fuertes resulte fundamental.
La espalda baja, los hombros y las muñecas son partes del cuerpo superior que más sufren y se lesionan.
Estas lesiones producen dolor y conllevan una disminución funcional que dificulta la realización de ciertas tareas habituales como coger peso o portar una mochila pesada.
Muchas de estas limitaciones se deben a la falta de movilidad de las articulaciones y a la falta de fuerza.
A lo largo de este artículo veremos cómo puedes mejorar la movilidad, la función y prevenir lesiones de estas zonas con ejercicios de flexibilidad.
Hasta no hace mucho, no todo el mundo podía ir al gimnasio.
Estos lugares de entrenamiento estaban destinados para los profesionales del deporte o para quienes se lo requiriese la exigencia de su trabajo como militares, policías o bomberos.
El resto de los mortales tenían que entrenar al aire libre.
A pesar de que hoy en día los gimnasios se han popularizado y los hay para todos los públicos, el entrenamiento al aire libre sigue siendo una gran opción para la actividad física.
Prácticamente, cualquier entrenamiento, ya sea de fuerza o resistencia puede realizarse en el exterior.
Sigue leyendo y descubre algunas ideas para aprovechar y sacar lo máximo de salir fuera a entrenar.
El entrenamiento de fuerza tiene un papel relevante en tu salud.
Cuanto más fuertes sean tus músculos, más cómodo te sentirás en la realización de cualquier tarea o actividad y serás capaz de mantenerla durante periodos de tiempo más largos.
La fuerza se puede ejercitar con el peso corporal (autocargas) o se pueden emplear pesos externos como mancuernas, kettlebells, barras y discos.
También se puede entrenar en el gimnasio, en casa o aprovechando la naturaleza y los parques.
En este artículo abordaremos 5 de los beneficios de entrenar con pesas.