Blog Paleobull
Está claro que nuestra salud mental se alimenta de paz, calma y una actitud positiva, pero eso no quiere decir que no podamos enfadarnos nunca. Es más, enfadarnos puede ayudarnos incluso a gestionar nuestras emociones al no quedarnos con sentimientos que, al no ser expresados, pueden llegar enquistarse, produciéndonos frustración, tristeza y malestar.
Sentirnos agradecidos, agradecer habitualmente todo lo que ya somos y todo lo que tenemos en lugar de centrarnos en lo que aún no hemos conseguido, puede cambiarnos la vida. De hecho, llevar un diario de agradecimiento es algo que recomiendan muchos psicólogos y terapeutas, sobre todo cuando estamos metidos en un bucle de negatividad, cuando no nos valoramos lo suficiente, cuando nos comparamos con los demás o no nos sentimos felices.
El síndrome del impostor, una compleja sombra que se cierne sobre la autoestima y la confianza en uno mismo, se manifiesta como una duda persistente acerca del propio valor y potencial. Este fenómeno, caracterizado por la sensación de no merecer el éxito alcanzado y el constante temor a ser descubierto como un "fraude", puede convertirse en una fuente silenciosa de sufrimiento para aquellos que lo experimentan.
Si lo piensas, tu mente es parecida a un ordenador. Ambos se utilizan para almacenar y procesar información, y para ejecutar tareas. Pero a veces el disco duro se llena, es decir, nuestra memoria, y el ordenador va lento (te cuesta concentrarte y rendir). Por suerte, tu cerebro tiene una tecnología mucho más avanzada que la de un ordenador y además es adaptativo, plástico, puedes potenciar y mejorar su capacidad y rendimiento cognitivo.
¿Crees que tu forma de hablar, actuar, pensar e incluso sentir no te favorecen e incluso te impiden conseguir lo que deseas? ¿Admiras a las personas con una gran capacidad de expresar sus ideas y deseos, y de materializarlos? ¿Tu discurso interno es siempre negativo, duro y carente? Tal vez necesitas reprogramar tu forma de pensar para que tu forma de hablar y actuar sean diferentes. Y en eso se basa precisamente la Programación Neurolingüística (PNL), una disciplina que persigue cambiar los pensamientos y hábitos de las personas para que sean exitosos. Para ello, utiliza técnicas de percepción, comportamiento y comunicación.