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¿Conoces la dieta cetogénica y sus beneficios?

Dieta cetogénica: beneficios, origen y consideraciones

De dietas y protocolos de alimentación se habla continuamente -tanto en las redes, en páginas de Internet así como en el mundo "real"- y por supuesto que más de uno habrá escuchado la palabra cetogénica en estas conversaciones. La dieta ceto es sin duda un tema de discusión para muchos.

Pero, ¿sabes realmente a qué se refiere? En este artículo te lo contamos.

Dieta paleo guía completa

¿Qué es la dieta paleolítica? ¿Es una dieta milagro? ¿Es una dieta?

Hay mucha desinformación en torno al concepto de «dieta paleolítica» y lo que se publica en los medios de comunicación en muchas ocasiones solo añade más confusión y fomenta tópicos erróneos y falsos mitos.

La dieta paleo no es propiamente una dieta en el sentido actual de lo que se entiende por «hacer dieta». La dieta paleo es un estilo de vida que propone recuperar el estilo de vida saludable de nuestras ancestros, haciendo hincapié en la alimentación, la actividad física y el descanso.

¿No tienes tiempo?

¿Tienes la sensación de que le faltan horas al día? ¿Vas deprisa y corriendo de un lugar a otro? ¿Te pasas el día apagando fuegos?

Si es así probablemente necesites mejorar la organización de tu día a día, porque aunque no lo creas, todos tenemos el mismo tiempo, 24 horas cada día, y al final todo es una cuestión de prioridades.

A continuación damos pequeñas pinceladas sobre productividad, minimalismo mindfulness que te pueden ayudar a mejorar la gestión del tiempo. Te animamos a que profundices en aquellos aspectos que más te gusten o llamen tu atención.

¿Por qué envejecemos?

A lo largo de la historia de la humanidad, el envejecimiento y la muerte han sido una constante preocupación. A pesar de los avances de la ciencia, aún carecemos de respuestas que expliquen el envejecimiento y tampoco hemos encontrado el remedio a la muerte.

Para explicar el envejecimiento hay diferentes teorías. Una de las más probables es que nuestra vida útil viene determinada de fábrica. Al parecer, al igual que los electrodomésticos, tenemos una obsolescencia programada. Posteriormente, nuestros estilo de vida acortará o prolongará hasta un límite esa fecha de caducidad. Los genes cargan la pistola y los hábitos la disparan.

¿Conoces los beneficios del ayuno intermitente?
Aunque ahora parezca mentira, el ayuno ha sido nuestro estado natural durante miles de años de evolución humana. Antes del frigorífico, las máquinas de vending, las pizzas a domicilio,… solo comíamos cuando había comida, y eso no solía ser frecuente. Los periodos de ayuno forzoso durante las épocas de escasez era lo normal.
En nuestra etapa de cazadores recolectores caminábamos largas distancias durante horas y días detrás de nuestra presa. No comíamos nada hasta que por fin la cazábamos y nos dábamos el atracón. A lo sumo algunas bayas, frutas o carroña que encontrábamos por el camino.
Posteriormente, en nuestra historia más moderna, algunas culturas han incorporado el ayuno voluntario a sus costumbres como el mes de Ramadán de los musulmanes, el Yom Kipur de los judíos o la Cuaresma de los cristianos.
La trampa del balance energético
La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Seguro que has oído antes esta afirmación. Y es cierta, es el principio de conservación de la energía, del que se deriva la primera ley de la termodinámica:
Energía que entra un sistema = Energía que sale del sistema + Variación de energía interna del sistema
Esta es la base sobre la que se construye la teoría del balance energético. La teoría del balance energético establece que, como la energía ni se crea ni se destruye, las calorías que entran en el cuerpo humano menos las calorías que salen (se gastan), son las calorías que se acumulan o pierden en forma de grasa:
Calorías que entran - Calorías que salen = Variación tejido graso
Pero esto es una deducción errónea de la primera ley de la termodinámica. El planteamiento de la ecuación del balance energético no es compatible con la ley de conservación de la energía ni con la primera ley de la termodinámica.
Veamos por qué.