Blog Paleobull
Realizar ejercicio de forma habitual y llevar una alimentación basada en comida real son dos pilares fundamentales para disfrutar de una vida sana y plena, tanto a nivel físico como también emocional.
Sin embargo, en algunos casos practicar ejercicio sigue siendo una de las asignaturas pendientes, bien porque no encontramos el tiempo suficiente, nos resulta complicado acudir a un centro deportivo o todavía no hemos conectado con ese yo interior que está pidiendo a gritos una urgente carga de vitalidad. Excusas que debemos desterrar si queremos ofrecer el mejor bienestar a nuestro organismo.
Gran parte de los alimentos que tomamos los solemos dividir en estaciones o épocas. Una sana costumbre si hablamos de productos frescos y de temporada. Las frutas y verduras, tomadas en su momento de cosecha y maduración, resultan más jugosas y, también, más nutritivas. Sin embargo, hay otros alimentos que asociamos únicamente a una época determinada y que pueden ser consumidos a lo largo de todo el año. Este es el caso de los helados.
El ritmo de vida de la sociedad actual hace que en infinitas ocasiones nos sintamos cansados, estresados e, incluso, desmotivados. La vida ha pasado a convertirse en una rutina constante, en la que nos cuesta encontrar la motivación suficiente para disfrutar del día a día con sus pequeñas normalidades y sorprendentes milagros. Quizás sea el momento de hacer un alto en el camino y pensar.
La preocupación del ser humano por cuidar su cuerpo ha sido constante desde el principio de los tiempos. Es así como ha buscado métodos con los que conseguir, no solo un físico armonioso, sino también resistente, capaz de soportar las batallas del día a día, así como el paso de los años y las huellas que van dejando en el organismo.
El ser humano, en un constante desafío consigo mismo, tiende a ponerse metas con el fin de alcanzar objetivos que le hagan sentirse dueño de su propio destino. Metas que, a menudo, resultan lejanas e inalcanzables, y que acaban convirtiéndose en una mera utopía abandonada en el camino de la vida. Incluso aquellas que pudieran ser más simples como perder peso, hacer ejercicio, dejar ciertas adicciones o aprender un nuevo idioma, se convierten en un sueño inalcanzable. Pero, ¿por qué otros son capaces de conseguirlo? ¿Dónde está el secreto del éxito?
Uno de los alimentos que por tradición están presentes en el menú de cualquier comensal, sean cuales sean sus gustos gastronómicos, es el pan. Sin embargo, no todos los panes son iguales, y aunque se ha convertido en el gran compañero de todas las comidas, es recomendable reducir el consumo de pan blanco industrial.
El principal motivo es que el pan blanco contiene grandes cantidades de harinas refinadas, así como azúcares añadidos, grasas vegetales y otros aditivos artificiales, ingredientes que, en la medida de lo posible, es mejor evitar. No obstante, no es necesario que renuncies al pan, siempre que sepas elegir el más adecuado, especialmente si ha sido cocinado de forma artesanal, preferiblemente con harinas integrales y de masa madre.