De tu equilibrio hormonal en todas las etapas de tu vida depende que tengas un cuerpo sano, una piel bonita o una buena gestión de tus emociones. Y es que un sistema hormonal desequilibrado puede ser la causa de tus problemas digestivos y de sobrepeso, de tu mala gestión del estrés, de tus problemas para dormir o de tu bajo nivel de energía.
Síndrome premenstrual, menstruación, embarazo, premenopausia, menopausia… si no nos tomamos en serio el cuidado de nuestro sistema hormonal, ser mujer puede llevarte a vivir en un verdadero carrusel emocional que te cause mucho estrés y frustración, por no hablar de los problemas de salud que puede provocarte un sistema hormonal desequilibrado.
Conseguir un buen balance hormonal de forma natural pasa por cuidar tu alimentación y controlar tus niveles de estrés como pilares básicos. También son muy importantes el descanso, la actividad física y la toma de suplementos adecuados, sobre todo en etapas como la menopausia.
No estás loca, son tus hormonas
La pubertad, el embarazo, la premenopausia y la menopausia son, sin duda, los «hits» hormonales en la vida de cualquier mujer, donde el desequilibrio está «casi asegurado». El subidón o el bajón hormonal puede ser tan fuerte en estos momentos que te puede hacer sentir que estás loca o depresiva. Por eso es tan importante que desde jóvenes las mujeres tengan un buen conocimiento de su sistema hormonal.
Pero no sólo por tu estado de ánimo, tu sistema hormonal cumple funciones absolutamente vitales: el sistema endocrino utiliza las hormonas para controlar y coordinar el metabolismo interno del cuerpo (homeostasis), el nivel de energía, la reproducción, el crecimiento y desarrollo, la libido, el estado de ánimo, la respuesta al estrés o el sueño. Y es que las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo, viajan por el torrente sanguíneo hacia los tejidos y los órganos.
En las mujeres se producen tantos cambios hormonales sin tener necesariamente un problema médico, que se hace necesario incluso aprender a interpretar la realidad y el estado de ánimo teniendo en cuenta los niveles hormonales del momento para no sentirnos frustradas, tristes o depresivas. Y es que entre regla y regla pueden ocurrir desde brotes de acné a migrañas, retención de líquidos, altibajos emocionales o unas ganas irresistibles de comer dulce.
Por no hablar de la premenopausia y la menopausia, cuando se produce un descenso drástico de hormonas como la progesterona, los estrógenos y la testosterona, lo que provoca sofocos, sudores, ganancia de peso, falta de libido, sequedad en la piel y la vagina, insomnio, hinchazón, cambios de humor, falta de energía, ansiedad y hasta depresión. Todos estos síntomas se pueden tratar y suavizar con diferentes estrategias médicas o naturales.
Si estás entre los 45 y los 55 años aproximadamente, es normal que empieces a tener alguno de estos síntomas. Pero si eres más joven y notas cambios bruscos de peso, problemas estomacales sin causa, taquicardias, ansiedad, nerviosismo, problemas de sueño, falta de libido, dolores de cabeza, cansancio o cambios de humor sin motivo, es importante que acudas un endocrino o algún experto en salud hormonal por si padeces algún trastorno como hipertiroidismo o diabetes.
5 claves para mantener el equilibrio hormonal
Ser mujer hace que estés expuesta a continuos cambios hormonales, por eso es especialmente importante que cuides tu salud hormonal para que estos sean lo más suaves posibles y para atenuarlos en momentos más complicados, como la menopausia. Aquí tienes cinco claves que te ayudarán a mantener un buen balance de tu sistema hormonal:
- La alimentación. Juega un papel primordial en la bioquímica hormonal. Los alimentos son la materia prima para nuestras hormonas. Alimentos sanos pero saciantes como la avena, el chocolate negro, el arroz integral, el aguacate, las nueces o el salmón pueden ayudarnos a combatir los altibajos emocionales y los antojos de dulce durante el síndrome premenstrual. Las legumbres, las verduras de hoja vede, el pescado, los huevos o las semillas son ideales durante la menstruación para compensar el déficit de hierro. Cuanto más variada, fresca y sana sea tu alimentación, más equilibrado estará tu sistema hormonal. El alcohol y el tabaco deben quedar fuera de la ecuación.
- Controlar el estrés. Cuando vivimos instalados en el famoso «modo estrés», nuestro cuerpo produce un exceso de cortisol que acaba en el torrente sanguíneo y nos intoxica: dormimos mal, tenemos ansiedad, engordamos, nos salen eccemas, empiezan los problemas digestivos y el sistema inmune acaba debilitándose, por lo que es fácil enfermar o tener una depresión. Y es que el exceso de cortisol hace, por ejemplo, que al ir a dormir no produzcamos melatonina, la hormona del sueño: o que bajen los niveles de grelina, la hormona que controla la sensación de saciedad. ¿La solución? Ejercicio suave como yoga o paseos al aire libre, meditación, incluir en nuestra agenda tiempo de ocio, descanso y terapia si fuera necesario.
- Sueño y descanso de calidad. Las alteraciones hormonales provocan insomnio, pero la relación también puede darse a la inversa. La falta de sueño y los cambios horarios pueden producir alteraciones en el sistema endocrino. Por eso es fundamental darle prioridad al sueño y al descanso, tratando de acostarnos y levantarnos siempre a la misma hora para regularnos. Es especialmente importante adelantar la hora de irnos a la cama para imitar el ciclo de la naturaleza: lo normal es irnos a dormir cuando se hace de noche y levantarnos cuando sale el sol. En las horas previas al sueño es fundamental bajar nuestras «revoluciones» para ayudar al cuerpo a dejar de producir cortisol. Es importante no realizar actividades muy intensas antes de irnos a dormir (hacer una clase de spinning o boxeo no es buena idea).
- Ejercicio regular. Ya hemos hablado del ejercicio como herramienta para la gestión del estrés. Pero resulta especialmente importante para mantener nuestro sistema hormonal en equilibrio, ya que la actividad física nos ayuda a segregar las conocidas «hormonas de la felicidad» (dopamina, oxitocina, serotonina y endorfinas), tan necesarias para equilibrar el exceso de cortisol que casi todos producimos por nuestro ritmo de vida diario. Es importante encontrar un tipo de ejercicio que nos haga disfrutar. Y hacerlo al aire libre multiplica los beneficios. Caminar puede ser la actividad ideal si no te gusta demasiado hacer deporte.
- Suplementos naturales. Tomar minerales (como el magnesio), vitamina D (gran parte de la población tiene déficit de esta vitamina), probióticos y prebióticos, ayuda a mantener un buen balance hormonal. Los suplementos nutricionales a base de semillas de lino resultan también muy beneficiosos para regular las hormonas femeninas. El aceite de onagra es otro gran aliado de la mujer, ya que la onagra es precursora de las prostaglandinas, reguladores asociados con muchas funciones metabólicas del cuerpo. Paleobull cuenta con un suplemento a base de inositol y sauzgatillo ideal para ayudar a las mujeres a mejorar el equilibrio hormonal durante la menopausia, para mantener la movilidad y flexibilidad de las articulaciones, y para aportar comodidad antes y durante el ciclo menstrual y la menopausia.
Como mujer, mantener un buen equilibrio hormonal es imprescindible para vivir cada etapa de tu vida de forma plena y feliz. Y eso pasa por conocer tu cuerpo, cuidar tu alimentación, controlar el estrés, hacer ejercicio, respetar tus tiempos de descanso y aportar en cada momento los suplementos naturales que puedan ayudarte a sentirte mejor en tu piel.