Blog Paleobull
A todos nos llama la atención una buena historia, algo que nos sumerja y nos haga creer en otra realidad. Y por más ficción que sean, cuando van pasando de boca en boca, muchos nos hacemos la idea de que estas ficciones son realidades.
El problema puede venir cuando los cuentos se centran en cosas mágicas que podemos hacer por nuestra salud. Porque creer en mitos, no nos llevará nunca a un mejor porvenir.
Por eso en Palebull queremos hablar un poco de este tema. ¡Y es que mitos en lo referente a la nutrición y ejercicio abundan! En esta primera entrega te damos algunos de ellos, y no te preocupes, vienen más en camino.
A lo largo de la historia de la humanidad, el envejecimiento y la muerte han sido una constante preocupación. A pesar de los avances de la ciencia, aún carecemos de respuestas que expliquen el envejecimiento y tampoco hemos encontrado el remedio a la muerte.
Para explicar el envejecimiento hay diferentes teorías. Una de las más probables es que nuestra vida útil viene determinada de fábrica. Al parecer, al igual que los electrodomésticos, tenemos una obsolescencia programada. Posteriormente, nuestros estilo de vida acortará o prolongará hasta un límite esa fecha de caducidad. Los genes cargan la pistola y los hábitos la disparan.
Cada uno de nosotros poseemos un reloj interno que se encarga de regular las funciones fisiológicas de nuestro organismo alternando los estados de sueño y vigilia cada día. Es el ciclo circadiano.
Durante el día, en estado de vigilia, están activas todas las funciones fisiológicas. En cambio, en el estado de sueño se reduce la temperatura corporal y la presión sanguínea, y el organismo entra en un estado de recuperación y restauración. De ahí la importancia de respetar los periodos de sueño.
Seguro que en más de una ocasión has oído la expresión "metabolismo lento". Pero, ¿tiene sentido hablar de metabolismo lento? ¿Qué factores influyen? ¿Cómo lo podemos aumentar?
Para responder a estas preguntas veamos en primer lugar cuáles son los componentes en los que se divide el gasto energético diario de una persona:
El cuerpo humano utiliza principalmente dos fuentes de energía, la glucosa y la grasa. La glucosa se encuentra en el torrente sanguíneo y almacenada en forma de glucógeno en los músculos y en el hígado, y la grasa en el tejido adiposo y en los ácidos grasos.
La flexibilidad metabólica es la capacidad del organismo para optimizar el consumo de cada sustrato energético en función de la intensidad del ejercicio físico.