No se trata solo de amor hacia los animales o de la compañía que dan, tener una mascota puede aportar muchos beneficios a nuestra salud física y mental, son especialmente recomendables para niños, discapacitados o personas mayores. Y es que llegar a casa y contar con ese amor incondicional, con ese recibimiento siempre alegre que nos dan las mascotas, calienta el corazón y le aporta felicidad a nuestra vida.
Un perro, un gato, un pájaro, un conejito pueden no solo alegrarnos la vida, sino cuidar nuestra salud y la de nuestra familia. Es mucha ya la evidencia científica que lo avala. Como los estudios realizados por el National Institute of Health, el grupo de instituciones del gobierno estadounidense dedicado a la investigación médica, o los de la Universidad de Harvard, que muestran incluso un descenso de la mortalidad entre las personas que tienen perro.
La simple rutina diaria de tener que cuidar de un animal puede alejar de la soledad, la depresión, la apatía o la falta de propósito vital a muchas personas. Por no hablar del cariño que recibimos por parte de nuestras mascotas, sobre todo si hablamos de perros o gatos.
El efecto beneficioso de los animales sobre las personas es tal, que son muchas las terapias que los emplean con niños, discapacitados, personas con problemas mentales o adicciones, y en procesos de rehabilitación social.
Beneficios físicos, mentales y emocionales que aportan las mascotas
Quienes tienen mascota saben que lo que reciben de un animal es mucho más siempre de lo que dan. Aquí tienes algunos de los beneficios que aportan:
- El mejor antídoto contra la soledad. Las mascotas son especialmente recomendables para las personas que viven solas y además sufren por ello. Un perro puede ser un auténtico regalo para una persona mayor o en situación de aislamiento social. No solo le hará compañía y le proporcionará alegría y cariño, sino que le aportará sensación de seguridad.
- Alivian la tristeza y la depresión. Convivir con una mascota aumenta nuestra alegría y nos protege de la tristeza, ya que su contacto nos hace producir oxitocina, una hormona que aporta sensación de bienestar. También ayudan a las personas que sufren procesos de depresión o que están pasando por un duelo.
- Ayudan a combatir el estrés. Acariciar a nuestras mascotas, interactuar, jugar, pasear con ellas, cuidarlas… nos protege de la sensación de tristeza, reduce la ansiedad y el estrés. Ese momento que pasamos con nuestra mascota nos libera del bucle mental y ayuda a nuestro sistema nervioso a relajarse.
- Refuerzan la autoestima. Especialmente en niños y personas con problemas de integración social, las mascotas les ayudan a sentirse más válidos y seguros de sí mismos. Y es que nuestra mascota siempre nos va a ser fiel, leal y va a estar encantada con nuestra compañía. Nuestra mascota jamás nos va a juzgar.
- Mejoran nuestra vida social. Tener perro puede ser la mejor excusa y la forma más fácil de conocer a personas afines a nosotros. Pasear o encontrarse con otras personas con perro invita a la conversación, a compartir, a interactuar, también con todas esas personas que se acercan a acariciar a nuestra mascota.
- Mejoran la forma física. Un perro puede convertirse en un auténtico salvavidas para las personas mayores o sedentarias, porque les va a obligar a moverse, ¡y varias veces al día! Solo ese pequeño paseo por la maña y por la noche para sacar a nuestra mascota va a mejorar exponencialmente nuestro estado de salud general y también mental porque nos va a obligar a salir de casa. De hecho, ese rato paseando con nuestro perro puede convertirse en el mejor momento de desconexión y relajación del día.
- Mantienen vitales a las personas mayores. Tener la responsabilidad de cuidar de una mascota, en especial de un perro o un gato, mantiene a las personas mayores activas y más despiertas mentalmente. Además de proporcionarles la sensación de seguir siendo útiles, algo muy beneficioso para su autoestima.
Un perro, la mascota ideal
Si hay un animal especialmente beneficioso para los humanos es el perro. Aparte de la compañía, el cariño y la vida que nos dan, los perros pueden cumplir funciones increíbles en nuestra vida (como detectar un problema de salud o una bajada de glucosa en su dueño) e incluso convertirse en auténticos terapeutas. Por no hablar de la maravillosa labor social que realizan como perros guía de personas invidentes.
De ahí que los perros se utilicen como apoyo en tantos tipos de terapias. Y es que la presencia de este animal puede ayudar a niños, mayores, enfermos y personas con discapacidad (como autistas) a reducir la ansiedad, superar el miedo y suavizar cualquier situación estresante asociada a un estado físico o mental. De ahí que los perros se utilicen incluso en los hospitales.
Los caballos son otros animales especialmente indicados para la terapia, ya que ayudan al desarrollo cognitivo, físico, emocional y social, además de mejorar la fuerza, coordinación, resistencia y equilibrio de las personas que los montan. La equinoterapia es especialmente beneficiosa para personas con discapacidad y para aquellas con problemas de inseguridad, ya que montar a caballo supone tener que confiar en el caballo y que el animal confíe en nosotros.
Por todos los beneficios de lo que hemos hablado, está claro que tener una mascota mejora la vida de quienes están cerca de ella. Tener una mascota supone trabajo y compromiso, lo que también se verá reflejado en nuestra personalidad y compromiso con nuestras tareas diarias. Y si además adoptas a tu mascota, estarás combatiendo el abandono y ganando un amigo fiel para toda la vida.