Blog Paleobull
Sentirse desmotivado, extremadamente cansado o con ciertas lagunas en la memoria, pueden ser algunos de los síntomas que presenta la niebla mental. La primera definición que nos viene a la mente, y sin entrar en tratados médicos, ni valoraciones científicas, es como si una espesa nebulosa apareciera en nuestro cerebro impidiéndonos realizar ciertas acciones, incluso las más nimias.
La niebla mental ha sido objeto de arduas investigaciones en los últimos tiempos. Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer, es posible que este trastorno no se produzca en la zona cerebral. Todo un misterio que puede tener su justa explicación.
Según escribió, con gran acierto, William Shakespeare hace casi medio siglo: «Los seres humanos estamos hechos del mismo material que tejen los sueños», aunque se podría añadir que estamos tejidos con sueños y, también, con pensamientos. Al fin y al cabo los sueños no son más que una proyección de aquello que habita en nuestra mente y que va tomando forma a través del propio pensamiento.
Todos esos pensamientos que nos van ocupando la mente a lo largo del día, y cuyo número es infinito, se transforman en un autodiálogo interno capaz de fortalecer o empobrecer nuestro rendimiento, ya sea mental o físico. Gran parte de poder cumplir con la sentencia de «Mens sana in corpore sano» depende de esa conversación íntima que mantenemos con nuestro interior. Pero, ¿qué es y cómo usarlo para mejorar nuestro rendimiento?
La mayoría de nosotros habremos pasado por momentos o etapas estresantes durante nuestra vida que nos han puesto a prueba tanto a nivel físico como mental.
¿Quién no ha sentido malestar digestivo o dolores de cabeza en periodo de exámenes? Otras veces podemos sufrir brotes de acné, estados de ánimo deprimidos o alteraciones en la ingesta de alimentos ante situaciones difíciles como pueden ser la pérdida de un trabajo, dificultades económicas o a causa del exceso de trabajo.
La pérdida de memoria es uno de los temores más comunes en relación con el envejecimiento.
Los fallos menores de memoria aparecen habitualmente con la edad y en situaciones de estrés. A partir de los 60 años, más de la mitad de los adultos tienen preocupaciones acerca de su memoria.
El cerebro, al igual que el resto de los órganos, va cambiando a medida que uno envejece. Es posible que uno tarde más en pensar en una palabra o recordar el nombre de una persona.
El deterioro cognitivo leve es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo vinculado al envejecimiento normal y el deterioro más grave o demencia. En caso de que padezcas un deterioro cognitivo leve, es posible que percibas que tu memoria está «reducida».
En un artículo anterior hablábamos de las técnicas y hábitos que pueden ayudarte a ser más productivo y a aprovechar mejor tu tiempo.
Al menos, de manera individual.
Cuando se trabaja en equipo, la eficiencia individual es importante, pero para ser más productivo es preciso combinar más variables.
Por un lado, es importante conocer los diferentes estilos de productividad y por otro, contar con aplicaciones que ayuden con la organización, colaboración e integración de miembros y tareas.
Conocerás en tu entorno a gente capaz de hacer muchas cosas y aprovechar el tiempo al máximo, mientras que otros van siempre apurados al minuto y nunca tienen tiempo para nada.
El tiempo que tenemos es limitado y saber organizarse bien es la diferencia entre tener tranquilidad o sentirse agobiado.
A continuación, veremos qué es la productividad y qué herramientas tenemos al alcance de nuestra mano para gestionar mejor nuestro tiempo y sentir que aprovechamos bien las horas.