Uno de los síntomas claros del caos mental es el caos material, el desorden, la acumulación de cosas e incluso la suciedad. Ordenar tu casa, tu mesa de trabajo, el garaje o tus armarios, tiene un gran efecto positivo en tu mente y en tu vida. Tenlo claro, el desorden produce «ruido» visual y mental. Te resultará difícil trabajar, concentrarte o relajarte en un espacio abarrotado de cosas y con una decoración que te estrese.
Pensando en tu rendimiento laboral, es importante que, antes de ponerte a trabajar, ya sea en casa o en una oficina, ordenes y despejes tus espacios. Este pequeño momento de procrastinación intencionada te ayudará a ir preparando y ordenando tu mente para la tarea que tengas que realizar.
¿Eres una persona desordenada?
¿Te cuesta mucho mantener el orden en tus espacios?
Eso no solo se puede mejorar, sino que puedes llegar a disfrutar creando orden y armonía, y esto tendrá un reflejo directo y positivo en tu estado emocional. Por si no lo sabías, una de las cosas que suelen recomendar los psicólogos a sus pacientes con problemas vitales, pensamientos obsesivos y desorganización mental, es comenzar ordenando su casa.
Por qué ordenar tu casa pondrá orden en tu vida
A ordenar se aprende, es un hábito más, y resulta sorprendente la cantidad de adultos a los que nos les enseñaron a ordenar sus espacios de pequeños. Para estas personas puede suponer un problema y una fuente de ansiedad mantener las cosas en orden. Cuando el orden se nos va de las manos y no somos capaces de manejar el grado de desorden y acumulación, podemos llegar a sentirnos muy afectados psicológicamente. En este caso, lo mejor es aprender a ordenar con un método. Uno de los más conocidos mundialmente es La magia del orden, de Marie Kondo, que propone herramientas útiles para ordenar tu casa y tu vida.
Como dice Marie Kondo en su libro, el orden tiene una capacidad mágica sobre nosotros. En nuestra casa, en nuestro trabajo y en nuestro negocio. Todo funciona mucho mejor cuando hay orden. Por eso lo ideal es plantearse el orden como un momento de disfrute, como un pequeño ritual que nos ayude a estar presentes, a bajar el ritmo, a desconectar de todo durante un ratito. Por ejemplo, al final del día dejando organizado nuestro espacio de trabajo, o por la mañana dejando nuestra habitación recogida antes de salir de casa. Esto nos hará empezar y terminar el día en un estado mucho más sereno y alegre.
Hay algo más en cuanto al orden.
Cuando una habitación, un espacio o una casa están limpias y en orden, puedes centrarte en ti, mirarte, escucharte y sentirte. Eso algunas veces asusta. En cierto modo, el desorden nos mantiene ocupados, tapa emociones o pensamientos que no queremos ver. Para psiquiatras tan reconocidos como Enrique Rojas Marcos, no hay verdadero equilibrio psicológico sin orden. Este experto se refiere al orden en todos los aspectos de nuestra vida: en nuestros horarios, en los espacios que habitamos y en nuestra mente. Y es que nuestra casa, nuestra habitación o nuestro espacio de trabajo, son nuestro retrato psicológico. Mirarlos nos dará una imagen clara de cómo nos sentimos internamente.
Mantener nuestras cosas y espacios en orden pasa, primero, por deshacernos de las cosas que ya no sirven o no utilizamos, y después por integrar el hábito de colocar las cosas en su sitio (el que les hayamos asignado) después de utilizarlas. Por supuesto, todo ello con un sano equilibrio: tan malo es padecer el síndrome de Diógenes como pasarnos el día sacándole brillo a nuestra casa de forma obsesiva, porque en realidad nos queremos enfrentarnos a nuestra vida o necesitamos mantener todo bajo control.
El arte del Feng Shui o cómo llenar de armonía tus espacios
Además del orden y la limpieza, puede ser que la decoración de tu casa o tus espacios tampoco te aporte armonía, es decir, que no siga los principios del Feng Shui, el arte de organizar los espacios para que influyan positivamente en las personas. La primera regla de esta disciplina es que el espacio respire, es decir, cuantas menos cosas, mejor. La acumulación de objetos, el desorden y la falta de limpieza son totalmente contrarios al Feng Shui. Así que, si alguna habitación de tu casa te agobia, déjala lo más minimalista posible, sobre todo la entrada, para que tengas sensación de espacio y aire al llegar.
¿Otras recomendaciones del Feng Shui?
Evitar pasarte con los colores fríos (azul oscuro, negro, gris, metalizados) y los objetos con ángulos punzantes o amenazantes. En cuanto a los materiales y los colores, hay que buscar el equilibrio, por ejemplo, la madera, los colores neutros y las plantas dan buena energía. En las habitaciones, mejor, colores suaves.
Estos sencillos principios del Feng Shui, combinados con un método que te ayude a organizar tus espacios, pueden devolverte la paz mental y aumentar tu energía vital.
7 claves para aprender a organizar tus espacios
Mantener tu casa y los espacios que habitas en orden, con las cosas justas y bien colocadas, te ahorrará tiempo y te supondrá mucho menos cansancio. Tus hijos, tu pareja, las personas con las que convives, también deben aprender la importancia del orden. Pero empieza por ti, no debes tirar ni organizar las cosas de otra persona, esta es una «misión» individual, cada persona tiene sus propias razones para conservar un objeto y otro, y necesita colocarlos a su manera.
Aquí tienes siete claves o pasos que ayudarán a recuperar el orden en tu casa y en tu vida. Escoge un día tranquilo, en el que tengas tiempo y el cuerpo y la mente te pidan el cambio para empezar:
- Visualiza tu casa en orden. Antes de ponerte manos a la obra, colócate en un lugar desde el que puedas observar gran parte de tu casa o del espacio que quieras mejorar. Cierra los ojos y visualízalo ahora despejado, limpio, ordenado, a tu manera y en armonía. ¿Te gusta lo que imaginas? Entonces ya puedes empezar.
- Antes de ponerte a ordenar, deshazte de todo lo que sobra. Este es, quizá, el punto más importante. Saca todo, ponlo a la vista y conserva solo lo que de verdad utilices y te aporte alegría. Resérvate un día para hacerlo todo de una vez. Empieza por lo más fácil, por ejemplo, la ropa, y deja las cosas de valor sentimental para el final. Si la tarea te abruma, mete en cajas precintadas lo que lleve mucho tiempo escondido, en cajones o sin utilizar. Si pasado un año no lo has echado de menos, ¡tíralo!
- Ordena por categorías. No ordenes espacios, sino categorías de cosas: ropa, libros, juguetes, medicinas, menaje, papeles. Una vez que sepas lo que quieres conservar, asígnales un lugar a las cosas y, simplemente, vuelve a ponerlas en su sitio cada vez que las utilices. Este punto es fundamental, solo así podrás mantener tus espacios en orden.
- No amontones la ropa. La mejor forma de organizarla es dividirla por categorías: prendas para colgar, camisetas, ropa interior, ropa de deporte, zapatos. Dobla bien y con cariño la ropa que vayas a guardar. La ropa de colgar, organízala por categorías o colores y de menor a mayor longitud. Que todo se vea bien para que nada se pierda y se olvide en tu armario.
- Que tus sistemas de almacenamiento sean sencillos. No compres cosas raras para almacenar, busca la máxima sencillez y que cada cosa esté junto a las de su categoría. Las cajas de zapatos sin tapa, por ejemplo, son perfectas para colocar calcetines, camisetas o ropa interior. Si las cosas no están a la vista, no las utilizarás.
- Detalles que te facilitarán las cosas. Tener una papelera en tu habitación o lugar de trabajo te ayudará a deshacerte de cosas y no volver a acumular. En los armarios, que todas las perchas sean iguales, te facilitará mucho el orden y te dará sensación de armonía. Los bolsos, por ejemplo, puedes meterlos unos dentro de otros.
- No te castigues. Ordenar es un hábito que se aprende, pero necesita su tiempo. Tira o regala todo lo que no necesites y después intenta mantener ordenado lo que has conservado. Sigue deshaciéndote de cosas periódicamente cuando veas que vuelven a acumularse. No te juzgues ni te frustres si no siempre lo consigues.
Cuando consigas conservar solo las cosas que realmente necesites y te hagan feliz y, además, mantenerlas limpias y en orden, tu energía y tu alegría aumentarán.
Sentirás emoción, liberación y fluidez física y metal. Tu casa, tu lugar de trabajo, tu negocio, empezarán a respirar y serán mucho más agradables para tu familia, tus amigos, tus invitados o tus clientes.
El orden te ayudará a sentirte más a gusto y feliz en los espacios que habitas, te aportará claridad y calma mental, y te llevará a tomar decisiones que habías postergado y tapado con el desorden.