¿Vivir con muy poco? Estas palabras pueden sonar extrañas en la sociedad excesivamente consumista en la que vivimos, pero es precisamente lo que te propone el minimalismo, vivir y disfrutar solo con lo necesario.
El minimalismo es la es «la tendencia a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes». Surge como movimiento artístico a principio de la década de los 60 y se refiere -en arte- a usar los elementos básicos y mínimos. Pero esta preferencia se ha extrapolado más allá de las salas de los museos y se ha hecho una cultura de vida.
El minimalismo consiste en vivir con pocas posesiones, lo que realmente necesitas de manera intencional. Se le da valor a lo que realmente tiene significado y se deja de lado las distracciones, objetos y hasta conductas que llenan espacios sin sentido.
Es una acción contraria a lo que nos ha ofrecido el mundo moderno: en las posesiones se encuentra la felicidad. La eterna búsqueda de un estado mejor con el último gadget tecnológico, la camiseta o el zapato de moda «que necesitas». En cambio, gracias al minimalismo se aprende a identificar lo que verdaderamente te aporta valor y a quedarte con ello.
Uno de las claves importantes para llevar un estilo de vida minimalista es encontrar el camino propio. Debes poseer justo lo que necesitas pero más allá de eso, lo que verdaderamente te hace feliz. Pero no existe una lista estándar de objetos que se ajusten a esta categoría. Dependerá de cada uno rodearse de los objetos que le aportan más felicidad. A continuación, mencionamos algunos errores de concepto sobre lo que no es minimalismo.
No es deshacerse de todas tus posesiones
Si bien se incentiva vivir con lo que realmente importa, el foco del minimalismo no debe estar puesto en lo que deseches sino en lo que ganas cuando te deshaces de cosas que no le aportan valor a tu vida.
No es una vida de escasez
Al eliminar las comodidades superfluas que el entorno nos inculca que «necesitamos», se puede llegar a pensar que el minimalismo es un estilo de vida de escasez. Pero en realidad no es así. Al tener menos objetos que reclaman tu atención dispondrás de más tiempo para apreciar lo que verdaderamente merece la pena.
No es necesariamente ser más humilde
Si bien tener menos puede identificarse con una vida más humilde y menos cara, minimalismo y frugalidad no son lo mismo. En este estilo de vida se puede elegir comprar menos, pero artículos de mayor calidad. La base está en lo que realmente signifique el objeto para ti.
¿Listo para el minimalismo?
En varios blogs sobre la tendencia vas a encontrar que sus beneficios son múltiples. Cero desorden, disfrutar más en experiencias que en cosas, menos preocupaciones financieras autoimpuestas, desarrollar mejores relaciones, todo con el fin de ser más feliz y vivir menos estresado. Si este todo esto te llama la atención, quizás eres un buen candidato para intentar esta tendencia. Estos simples pasos te ayudarán a lograrlo.
Crea tus propias reglas
Como ya explicamos, no hay un decálogo para esta tendencia ya que la importancia en las cosas y los espacios la pones tú. Decide realmente cuáles son tus imprescindibles, si es algo aplicable a todos los aspectos de tu vida o solo a algunos cuantos. Pero asegúrate de que lo que te propongas sea realmente alcanzable y sostenible como estilo de vida.
Limpia y arregla
No hablamos solo de limpiar la casa, es hacer una limpieza de objetos. ¿Cuántas cosas guardas que ya no tienen uso, objetos que vas a «arreglar» que realmente pasan años llenos de polvo? ¿Ese pantalón que no usas pero te niegas a regalar? En realidad, estos elementos son espacio desperdiciado y la idea es que ese espacio esté lleno de lo que realmente sea útil e importante.
Si no lo usas...
Una buena norma es donar o regalar aquello que tienes guardado pero que no usas. Ropa que no es de tu talla, platos para alimentar a un ejército, tazas que no usaste nunca,... Para decidir si sigues guardando un objeto puedes aplicar la regla de los seis meses: si no lo has usado al menos dos veces en los últimos seis meses, entonces es hora de deshacerte de el definitivamente. Por supuesto, respetando las prendas de temporada, no es que esperamos que uses el abrigo de invierno en pleno verano...
Organiza por categorías
Piensa en cómo encontrarías los objetos en tu casa. Lo ideal es que todo tenga su lugar y que sea fácil encontrar, siguiendo la premisa, un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio. Cuando cada cosa tiene su lugar y categoría, es más sencillo deshacerte de los duplicados. Verás exactamente cuántos cubiertos, toallas, licuadoras, gafas de sol, zapatos y libros tiene. Así también se te hace más fácil saber qué realmente necesitas.
No traigas cosas demás
Una vez que organices tu entorno, no lo llenes otra vez de cosas que no vas a usar para reemplazar lo que salió. Recuerda que lo que tienes al frente, es lo que realmente usas y quieres. Por ejemplo, una buena técnica es quitar una prenda de ropa de tu armario por cada artículo nuevo que compres y establecer un límite de gasto al mes.
El minimalismo no tiene que ser complicado. Si te interesa, ve realizando estos cambios fáciles en tu estilo de vida. Si empiezas a disfrutar viviendo con menos, seguramente ¡tu salud te lo agradecerá!
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