El caldo de huesos es una receta tradicional con grandes beneficios para la salud, especialmente por sus propiedades antiinflamatorias y regenerativas. Su riqueza en colágeno, minerales y aminoácidos lo convierte en un alimento altamente nutritivo y reconfortante en cualquier época del año.
Disfrutar de un caldo bien preparado no solo aporta calor en los días fríos, sino que también fortalece el sistema inmunológico, protege las articulaciones y contribuye a la salud de la piel. Su valor va más allá del simple placer gastronómico: es una fuente natural de nutrientes esenciales que han sido parte de la alimentación humana durante generaciones
Caldo de huesos, un auténtico suplemento nutricional

Preparado de forma tradicional, el caldo de huesos resulta rico en colágeno, minerales y otros nutrientes esenciales beneficiosos para el organismo. La cocción debe ser lenta, es decir, entre 12 y 24 horas, y el caldo debe contener huesos (los vegetales son opcionales), agua y vinagre, para poder extraer todos los minerales.
La cocción lenta es clave para conseguir todos los beneficios del caldo de huesos. Este método asegura que los nutrientes se extraigan de manera eficiente y que los sabores se concentren sin destruir las propiedades beneficiosas debido al exceso de calor. Además, usar una olla de cocción lenta o de barro permite preparar el caldo con mínimo esfuerzo, ya que el tiempo de cocción prolongado no requiere atención constante.
Para hacer el caldo de huesos podemos utilizar huesos con tuétano, hueso de rodilla, carcasas, patas y crestas de pollo tostados previamente en el horno; hueso de jamón y vegetales como el puerro, apio, cebolla o laurel, aunque estos son opcionales y no se consigue un caldo tan puro. También se pueden añadir especias como la cúrcuma, el jengibre o el pimentón picante para potenciar el efecto antiinflamatorio y activar el metabolismo.
En este tipo de caldos es importante evitar el tocino, los cubitos de caldo para potenciar el sabor y, si añadimos huesos de jamón, que no tengan azúcar añadido (mira la etiqueta, muchos huesos de jamón envasados llevan azúcar añadido y otros ingredientes añadidos).
Para que el caldo sea realmente beneficioso debes espumarlo al principio de la cocción, para eliminar impurezas y desengrasarlo después de enfriarlo para eliminar el exceso de grasa.
Todos los beneficios del caldo de huesos

Elaborado de forma tradicional, el caldo de huesos es un alimento cargado de nutrientes y beneficios:
Salud intestinal
El caldo de huesos es rico en gelatina, que contiene glutamina, un aminoácido que ayuda a reparar y mantener la barrera intestinal. Esto puede ser especialmente beneficioso para personas con problemas como el intestino permeable o trastornos digestivos, y para mantener equilibrada nuestra microbiota.
Fortalecimiento de huesos y articulaciones
El colágeno y los minerales como el calcio, magnesio y fósforo presentes en el caldo contribuyen a mantener los huesos fuertes y las articulaciones lubricadas.
Mejora de la piel, cabello y uñas
Gracias a su contenido en colágeno, el caldo de huesos también favorece una piel más elástica, un cabello más fuerte y unas uñas saludables. El caldo de huesos es, sin duda, un gran nutricosmético que ayuda a tener una piel bonita y a prevenir el envejecimiento.
Apoyo al sistema inmunológico
El caldo de huesos contiene aminoácidos como la prolina y la glicina, que ayudan a reforzar el sistema inmunológico, especialmente en épocas de frío o enfermedades.
Desintoxicación natural
Su contenido en glicina también apoya la función hepática, ayudando al cuerpo a eliminar toxinas y a la regeneración celular.
Mejora del sueño y del estado de ánimo
La glicina presente en el caldo actúa como un neurotransmisor inhibidor, ayudando a reducir la ansiedad, conciliar el sueño más fácilmente y despertar descansado.
Mejora la función cerebral
Las grasas saludables y la glicina del caldo son fundamentales para el buen funcionamiento del sistema nervioso, lo que contribuye a una mayor claridad mental, mejor memoria y función cerebral óptima.
Propiedades antiinflamatorias
El caldo de huesos contiene compuestos como el colágeno, la prolina y la glicina, que tienen efectos antiinflamatorios naturales. Estos nutrientes ayudan a reducir la inflamación en tejidos y articulaciones, promoviendo la recuperación en casos de lesiones o enfermedades crónicas como la artritis.
Además, los minerales presentes en el caldo apoyan el equilibrio del sistema inmunológico, contribuyendo a modular las respuestas inflamatorias excesivas.
Ayuno intermitente
Hecho sin verduras, huesos de jamón, sal, ni aceite de oliva, el caldo de huesos sirve para hacer ayuno intermitente porque no rompe el ayuno y es perfecto para sustituir al té o al café por la mañana y evitar elevar los niveles de cortisol.
Perfecto para embarazadas
El caldo de huesos es un alimento con alto contenido en proteínas, especialmente colágeno; y aminoácidos esenciales como la glicina, la glutamina y la prolina que son muy beneficiosos durante el embarazo, el post parto y la lactancia.
Además, ayuda a combatir las náuseas y resulta especialmente beneficioso para la piel de la embarazada, que sufre especialmente en este momento.
Cómo incorporar el caldo de huesos a tu dieta

El caldo de huesos puede tomarse de diferentes formas y en diferentes momentos del día. Aquí tienes algunas sugerencias:
- Como bebida caliente. Una taza de caldo de huesos caliente es una excelente opción para comenzar el día, sobre todo si estás haciendo ayuno intermitente, o para disfrutar en la tarde como una alternativa saludable al café o al té.
- Base para sopas y guisos. Puedes utilizar el caldo como base para preparar sopas, guisos o incluso arroces y pastas con un extra de nutrientes.
- En salsas y purés. Para darle un toque nutritivo a salsas o purés reemplazando el agua o el caldo comercial por caldo de huesos casero.
- Después de hacer ejercicio. Es una opción ideal para hidratarnos y ayudar a nuestros músculos a recuperarse gracias al alto contenido en proteínas y colágeno del caldo de huesos.
- A última hora del día. Si estás haciendo ayuno, cenas muy pronto o sueles tener hambre antes de acostarte, el caldo de huesos es una opción sana, saciante y nutritiva.
Receta del caldo de huesos
Esta receta del caldo de huesos te servirá para hacer ayuno intermitente y es ideal para tomar después de hacer deporte o en cualquier momento del día.
Ingredientes
- 1 carcasa de pollo
- 6 patas de pollo
- 2 huesos de rodilla de ternera (cartílago incluido)
- 1 taza de vinagre de manzana
Preparación
- Asar los huesos en el horno a 180 grados durante 30 minutos.
- Incluir en olla con 1 taza de vinagre de manzana y dejar reposar sin fuego.
- Después cubrir con 4 litros de agua, poner a fuego medio, quitar la espuma y después bajar el fuego muy lento aproximadamente 12 horas.
El caldo de huesos y la cocción lenta no son solo una moda culinaria, suponen una reconexión con tradiciones que realmente mejoran la salud y el bienestar. Incorporar este alimento a tu rutina diaria es una manera simple y deliciosa de nutrir tu cuerpo, cuidar tu piel, proteger tus articulaciones y mientras disfrutas del calor y la reconfortante sensación cuando hace frío.