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Relaciones sanas: claves para tu felicidad

Cómo nos relacionamos con nuestro entorno influye mucho más de lo que pensamos en nuestro bienestar y hasta en nuestra salud física y mental. Muchas veces mantenemos relaciones perjudiciales con parejas, amigos o incluso familiares que nos roban energía, nos quitan autoestima, nos provocan ansiedad y hasta pueden hacernos enfermar.

Las relaciones sanas, del tipo que sean, se basan en el respeto, la empatía, la comunicación, la gratitud, el apoyo mutuo, la lealtad, la sinceridad, el cariño, el desinterés, entre otros. Una relación sana no es perfecta, pero sí es una relación en la que ambas personas se sienten bien, valoradas y queridas, la mayor parte del tiempo. En una relación sana, la otra persona se preocupa por ti, desea tu bien y se alegra de tus éxitos. Esto lo podemos extrapolar a todas nuestras relaciones para saber si son sanas o no.

Aunque parece muy claro lo que es una relación sana, la mayoría de nosotros mantenemos, en algún momento de nuestra vida, alguna relación tóxica con alguien de nuestro entorno, y no solo con una pareja, que suele ser lo primero que se nos viene a la mente. Muchas veces es la relación con un amigo, un compañero de trabajo o un familiar cercano, la que nos hace sufrir. A veces, la solución pasa por sacar a esa persona de nuestra vida; en otros casos, puede ser suficiente con darnos cuenta de que esa relación no nos hace bien y expresar claramente nuestras necesidades y «líneas rojas».

Cómo detectar si tienes una relación tóxica con alguien de tu entorno

relación tóxica

A veces, para poder disfrutar de relaciones sanas y conscientes, hay que saber detectar a las personas tóxicas. Aunque se trate de personas que supuestamente nos deberían querer por el simple hecho de ser nuestras parejas o incluso nuestros padres, puede que nos estén haciendo daño y necesitemos cortar esa relación o, al menos, redefinirla. ¿Cómo identificar a una persona tóxica? Estos son los rasgos de una relación insana:

  • Egoísmo. ¿Sientes que tu relación con esa persona no es recíproca, que das mucho más de lo que recibes a cambio, que no se preocupan por ti? ¿No te escucha, no te llama, no te considera y solo parece importante lo suyo? Aquí tienes un signo de alarma.
  • Envidia. ¿Nunca reconoce tus logros o tus méritos? ¿Incluso te desmerece o te hace sentir que eres inferior? ¿Te critica, te humilla, te desprecia o ignora tus triunfos? La envidia es un sentimiento terrible en una relación y que, en el fondo, proviene de un problema de inseguridad y falta de autoestima en la otra persona.
  • Victimización. Las personas que se victimizan buscan en realidad el protagonismo en las relaciones con los demás y no asumen su propia responsabilidad sobre sus vidas. Siempre tiene excusas para sufrir y reclamar atención, y nunca están disponibles ante las necesidades del otro. Además de la carga de negatividad y el egoísmo que vuelcan constantemente en la relación.
  • Juicio. ¿Esa persona siempre está criticando y juzgando a los demás, haciendo reproches constantes? Este tipo de personas se permite opinar acerca de todo: desde las relaciones de pareja de los demás, hasta el trabajo, los hijos o la familia ajena. Nunca ensalzan o reconocen los méritos de los demás.
  • Manipulación. ¿Sientes que esa persona tiene mucha influencia sobre ti? ¿Siempre consigue que hagas lo que quiere? ¿En el fondo piensas que siempre antepone sus intereses a los tuyos o saca algún beneficio de vuestra relación? Las personas manipuladoras son altamente tóxicas, porque siempre buscan su beneficio antes que el de los demás y pueden llegar a recurrir a cualquier táctica para conseguirlo.
  • Dependencia. Este rasgo es propio de las personas que necesitan constantemente estar con alguien. Esta necesidad de estar siempre ligados a otra persona, incluso para darle sentido a sus vidas, puede generar un sentimiento de responsabilidad, angustia, ansiedad y culpa al mismo tiempo en ambos.

Ante una persona altamente tóxica lo mejor puede ser cortar la relación. En el caso de familiares muy cercanos, esta decisión puede ser muy dura y puede ser necesario incluso acudir a un profesional en psicología o un experto en relaciones para aprender a establecer límites saludables.

Cómo mejorar tus relaciones con amigos, parejas o familiares

amigosTanto si se trata de una persona tóxica o no, a veces necesitamos reevaluar nuestras relaciones y ayudarlas a evolucionar, ya que pueden haberse quedado estancadas. Sea por el motivo que sea, si no te sientes del todo a gusto en esa relación, puede ayudarte aplicar estas tres pautas:

  • Potenciar la comunicación. Es muy recomendable hablar sobre la relación abiertamente, exponer las necesidades y posibles puntos de fricción de cada uno. Es posible que la otra persona ni siquiera sea consciente de que no tenéis una relación del todo sana. Y es que es muy normal evolucionar de forma diferente respecto a las personas de tu entorno. Puede también que esa persona esté pasando por alguna situación que desconozcas y hablarlo os ayude a ambos. En todo caso, callar nunca es la solución. Con respeto, empatía y desde tu sentir y tu verdad, se puede hablar absolutamente de todo.
  • Hacer autocrítica. Antes de enfadarte con la otra persona puede ser muy constructivo preguntarte por qué mantienes ese tipo de relación, sobre todo en el caso de que estés aceptando algún tipo de comportamiento inadecuado o dañino para ti. Es importante plantearnos cómo queremos que sean nuestras relaciones familiares, de amistad y de pareja, tener claras nuestras prioridades y el tipo de personas que queremos tener en nuestro entorno. Así podremos evitar a las personas tóxicas y abrirle la puerta a otras personas que nos inspiren, nos aporten cosas positivas y que nos ayuden a crecer personalmente.
  • Poner límites. Esto es fundamental en cualquier tipo de relación. Hay que tener muy claras cuáles son nuestras «líneas rojas» y saber decir no cuando toque. Si en una relación tenemos miedo a expresar nuestra opinión, aceptamos cosas que en el fondo no nos parecen bien o que no decimos por miedo a que esa persona se enfade o nos abandone, lo mejor sería cortar esa relación.

Amigos, parejas, familiares, a veces toca revisar las relaciones con las personas de nuestro entorno e incluso pasar página y abrirnos a la posibilidad de conocer gente nueva que nos aporte más. En ningún caso debemos mantener relaciones que nos hagan sentir mal, nos roben energía o nos resten autoestima. ¿Una clave más para poder disfrutar de relaciones sanas con nuestro entorno? Tener una relación sana, respetuosa y amorosa con nosotros mismos.

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