Este es un post invitado de nuestro amigo Nacho Oterino, autor del blog vivoconsciente.com.
¡Os dejamos con Nacho!
¡Muy buenas! Me llamo Nacho, y vivo en una cabaña en medio del monte.
Y en parte por eso, Paleobull me ha pedido que te hable del concepto de «Minimalismo consciente».
Pero antes te voy a contar...
Mi historia
Soy asturiano, de Gijón.
Mi padre era economista y abogado y, como a los 18 años no tenía ni idea de qué hacer con mi vida, me aconsejó que estudiase Economía.
No te voy a engañar, a mí el dinero me ha gustado siempre.
Me encantaba jugar al Monopoly, al Hotel o a juegos de cartas donde hubiese dinero de por medio.
Así que empecé a soñar con ser algún día un gran hombre de negocios que viajase por el mundo entre grandes lujos.
Y la verdad es que la tontería me duró poco.
Acabé la carrera, entré un par de años en la empresa privada y, se me quitaron las ganas.
Seguía enamorado del dinero y las finanzas, pero quería hacer algo con sentido, algo con propósito.
Y descubrí el mundo de las ONG.
Me enteré de que podía trabajar como Responsable Financiero de ONG en proyectos en África y Oriente Medio, y la idea me explotó la cabeza.
Así que lo hice.
Trabajé en varios de los países más pobres y con mayores problemas del mundo, y aprendí muchísimo en el proceso, pero acabé muy quemado.
La vida en esos países era muy dura, y yo me había olvidado de cuidar de mí, tan sólo preocupado por hacer mi trabajo, que nunca terminaba.
Así que, 8 años después, volví a España, reventado y, como se suele decir, con una mano detrás y otra delante.
¿Por qué? Te preguntarás.
Gasto emocional
Cuando tu vida no te satisface, sueles tender a «ahogar tus penas» a través del gasto.
Y ¿a qué me refiero con «tu vida»? A tu trabajo, tus amigos, tu relación de pareja, tus aficiones, en lugar donde vives…
Para compensarlo, sales de fiesta, a cenar fuera, viajas a países exóticos o te compras «juguetitos».
Te vendes a ti mismo, y a los demás, la idea de que llevas la vida soñada, pero ¿qué pasa cuando se te acaba el dinero?
Pues tras varios años trabajando, y mucho gasto emocional, no tenía ni «un duro».
Lo bueno es que tocar fondo suele ser lo que necesitas para realizar cambios en tu vida.
Así que, con 34 años, dejé mi trabajo en la ONG, empecé a opositar a bombero y me fui a vivir a la montaña.
Cuatro años después, conseguí mi plaza, pero mis patrones de gasto seguían igual, así que estaba lleno de deudas.
Hasta que un día algo hizo «click».
El cambio
Me había dedicado 8 años a gestionar con mano de hierro el dinero de los demás, y había hecho un trabajo extraordinario.
Pero cuando se trataba de mi propio dinero me convertía en otra persona.
No lo protegía, no lo cuidaba, parecía quemarme en las manos.
¿Y si lo que había hecho bien para las ONG lo aplicase a mis finanzas?
Entonces empecé a leer libros de inversión y finanzas personales.
A escuchar multitud de pódcast.
A hacer cursos y formaciones.
Empecé a seguir a divulgadores como Jesús Arroyo, Carlos Galán, Morgan Housel o Ramit Sethi.
Y todo lo que aprendía lo iba aplicando.
Empecé a eliminar mis deudas.
Destruir mis tarjetas de crédito.
A controlar mis gastos a través de una hoja Excel.
Por cierto, te dejo por aquí el formato que yo utilizo, por si te apetece empezar a usarlo (descargar). Es muy sencillo 😊
La parte de los gastos fue una de las más difíciles pero a la vez más reveladoras de todo este proceso.
Toda mi vida había compensado mis carencias a través de gastos emocionales.
Pero, por mucho que gastase, mi vida seguía estando vacía, igual que mi cuenta corriente.
Así que empecé a tratar de descubrir qué me hacía realmente feliz.
Qué cosas valoraba y me hacían disfrutar de verdad.
Y lo curioso es que empecé a darme cuenta de que la gran mayoría de ellas no costaban dinero.
Dar un paseo por la naturaleza con mi perro.
Aprender a entrenar calistenia.
Cocinar en casa platos ricos y saludables.
Así pude empezar a reducir mis gastos cada vez más fácilmente, a la vez que mejoraba la calidad de mis experiencias.
Mi vida era cada vez más feliz y, sin embargo, gastaba menos dinero.
Hasta que un día la vida me llevó a cumplir uno de mis sueños: vivir en una cabañita en medio de la naturaleza.
Allí ese proceso me resultaba aún más fácil.
Cuando vives en una ciudad, rodeado de estímulos, de tiendas, de bares y restaurantes, de gente preocupada por ir «a la última», resulta muy difícil salir de esa inercia.
Desde la cabañita podía verlo todo con más claridad.
Seguí leyendo y aprendiendo sobre esta otra forma de vivir y lo que descubrí fue lo siguiente.
El minimalismo
Es un concepto muy similar, trata de desprenderse de lo superfluo para quedarte exclusivamente con lo que te aporta un verdadero valor.
Te comparto un «truco», por si lo quieres probar.
Todo aquello que no hayas utilizado en un máximo de 6 meses… fuera.
Al principio tu mente querrá resistirse, pero a medida que te vayas desprendiendo de objetos empezarás a disfrutar de la verdadera libertad.
Algo que funciona muy bien también es lo que llaman «el reto minimalista de los 30 días».
El día 1 te desprendes de una cosa. El día dos, de dos. Y así sucesivamente hasta el día 30.
Ándate con ojo, porque al final le coges el gusto y terminas dándote paseos por casa buscando cosas que vender 😜
Continuando con mi historia, empecé a vender y regalar muchos de los objetos que llevaba años acumulando «por si acaso».
Y cada vez me sentía más libre, menos pesado.
Necesitaba menos cosas para ser feliz. De hecho, necesitaba bien poquito.
En ese momento es cuando de verdad llega la sensación de abundancia.
Has conseguido desprenderte de casi cualquier tipo de necesidad, por lo tanto, si algún día de verdad quieres algo, algo que te aporte valor real, te lo puedes permitir, sin mesura.
O como dice Ramit Sethi:
«Gasta de forma extravagante en las cosas que amas, mientras seas capaz de reducir el gasto sin piedad en aquello que no»
Eso es para mí…
El minimalismo consciente
La consciencia es algo que trato de aplicar a todas mis decisiones y acciones diarias.
Y en este caso se trata de tomar decisiones conscientes sobre en qué cosas merece realmente la pena que dediques tus recursos. Aunque lo maravilloso es que cada vez menos cosas materiales son las que te producen felicidad.
Valoras más una experiencia: una buena conversación, una buena comida compartida con gente de calidad, un paseo por la naturaleza.
Y todo eso, realmente, cuesta muy poco.
Espero que te haya gustado mi historia.
Cada lunes, envío un correo electrónico con una historia y una «Reflexión desde la cabaña».
Son pepitas de oro de lo que he aprendido y sigo aprendiendo a través de mi propia experiencia y de las personas maravillosas con las que me encuentro.
Puedes recibirla dejando tu correo electrónico en el siguiente enlace.
Y si te apetece indagar un poco más sobre el tema, te dejo por aquí varios recursos.
Libros:
- Early retirement extreme, de Jakob Lund Fisker.
- Minimalismo, de Joshua Fields y Ryan Nicodemus (Los minimalistas).
- La psicología del dinero, de Morgan Housel.
- Cuatro mil semanas, de Oliver Burkeman.
- Te enseñaré a ser rico, Ramit Sethi.
- Libertad financiera, de Sergio Fernández.
Pódcast:
Casi todos los autores de los libros que te he mencionado tienen sus propios pódcast.
A mí me encantan el de Morgan Housel, los Minimalistas (te recomiendo también su documental), Ramit Sethi o Sergio Fernández.
Vivir conscientemente es aprender a soltar lo innecesario para hacer espacio a lo que realmente importa. Te deseo claridad y paz en este camino. ¡Un abrazo!
Nacho Oterino