Sí, existen alternativas al bótox para cuidar el rostro, rejuvenecerlo y prevenir el envejecimiento sin tener que recurrir a las agujas o la cirugía. El yoga, el pilates o la gimnasia facial, junto con el kobido (automasaje para el rostro), los rodillos de jade, la piedra gua sha y la acupresión, son técnicas milenarias más de moda que nunca para mantener la juventud de la cara.
En nuestra cara hay más de 60 músculos que podemos ejercitar igual que lo hacemos con el resto de los músculos de nuestro cuerpo. Igual que los músculos del abdomen, piernas, glúteos o brazos, los músculos faciales también necesitan cuidados para no perder firmeza y elasticidad. Y es que estos músculos, junto con las fibras de colágeno, son los que le dan sostén al rostro. Como en el resto del cuerpo, ejercitarlos nos ayudará a tener firmeza y volumen en la cara, y a evitar la flacidez y las arrugas propias del paso del tiempo.
Existen incluso dispositivos de masaje facial y centros especializados en el cuidado del rostro mediante el masaje y la tonificación facial. Además, el yoga o la gimnasia facial se pueden combinar con cualquier tratamiento médico estético, como por ejmplo, el bótox o los hilos de colágeno, tomando las precauciones oportunas. Hasta las firmas de belleza más top recomiendan como parte de la rutina de belleza diaria ejercicios y masajes faciales para potenciar el efecto de sus cosméticos.
El ejercicio facial, tan efectivo como el del cuerpo
El yoga o gimnasia facial se basa en la realización de ejercicios específicos para «entrenar» la musculatura del rostro (pómulos, labios, ojos, frente), estiramientos y automasajes, que además tienen un efecto relajante sobre el sistema nervioso. Para que los ejercicios sean más efectivos, se les aplica resistencia con manos y dedos. Para los masajes y estiramientos lo ideal es utilizar rodillos de jade o piedras planas gua sha, empleadas desde hace miles de años por las mujeres japonesas, conocedoras desde tiempos inmemoriales de las técnicas de masaje facial o autokobido.
Todos los beneficios del ejercicio facial
Realizar habitualmente ejercicios de yoga o gimnasia facial tiene muchos beneficios para nuestro rostro, nuestra piel, nuestra psique y nuestra autoestima, ya que no solo estarás cuidando tu cara, sino que estarás dedicándote un momento a ti, en el que desconectar de todo y reconectar contigo. Aquí tienes los principales:
- Relaja la musculatura facial y activa la circulación, devolviendo a nuestro rostro su expresión natural y mejorando el aspecto de la piel.
- Fortalece los músculos de la cara, lo que remodela el rostro y proporciona volumen.
- Trata, mejora y previene la aparición de arrugas.
- Previene y mejora la flaccidez de cara y cuello.
- Mejora la microcirculación de la piel, mejorando su aspecto, tersura y luminosidad.
- Tiene un efecto calmante sobre la psique y mejora nuestra autopercepción, lo que incide positivamente sobre nuestra autoestima.
- Al liberar tensión en la mandíbula, puede ayudar a aliviar el bruxismo.
¿Cuándo se ven los resultados?
Igual que con la forma física corporal, todo depende de la forma «física» de nuestra musculatura facial, edad, tipo de piel e incluso nuestros hábitos de vida. Como cualquier entrenamiento físico, el ejercicio facial requiere constancia y asiduidad, debe ser un hábito más entre nuestras rutinas de cuidado y belleza diarias.
Para ser más constantes, podemos añadir el ejercicio facial, por ejemplo, al final del día, cuando nos cepillamos los dientes. También podemos coger la costumbre de hacerlo al despertarnos, tumbados tranquilamente en la cama, para ayudarnos a despertar y empezar el día con buena cara.
Desde la primera sesión de ejercicio facial sentirás que el rostro se relaja, la musculatura «trabaja» y se reactiva, y nuestra piel mejora su aspecto, lo que produce una agradable sensación de bienestar físico y psíquico.
¿Cuántas veces debemos practicar y cuántas repeticiones?
Al principio, si es posible, lo ideal es hacer una rutina diaria que incluya ejercicios para las principales zonas del rostro (frente, ojos, pómulos, boca). Con 10-15 minutos es suficiente, no te llevará mucho más.
Como pauta, podemos realizar entre 5 y 15 repeticiones de cada ejercicio (aguantando 5 segundos y descansando otros 5) y realizar 2-3 series de cada ejercicio.
A medida que vayamos notando más revitalizada la musculatura facial, podemos reducir las sesiones a unas cinco semanales. Para mantener los resultados, debemos realizar un mínimo de 3 sesiones de entrenamiento semanal.
Rutina completa de ejercicio facial
Aquí tienes una tabla de ejercicios faciales fácil, rápida y sencilla que puedes hacer en cualquier momento y lugar:
1. Calentamiento
«Plancha» la cara de dentro hacia afuera con las palmas de las manos ligeramente ahuecadas.
Haz pequeñas presiones con el dedo índice y corazón sobre las cejas, desde el borde de la nariz recorriendo el pómulo hasta la oreja, y desde el centro de la barbilla hasta la oreja.
2. Ejercicio para la frente
Ahueca una mano, colócala sobre la frente, estira la piel hacia arriba y cierra los ojos con fuerza durante 5 segundos y relaja. Repite 5 veces.
3. Ejercicio para las cejas
Coloca los dedos índices sobre las cejas, tira de ellas hacia fuera e intenta juntarlas manteniendo la resistencia con los dedos. Aguanta 5 segundos, relaja y repite 5 veces.
4. Ejercicios para el párpado superior
Juntando los dedos de las manos, coloca el dedo índice sobre las cejas a modo de visera. Tira hacia arriba y hacia fuera. Cierra con fuerza el párpado superior hacia el inferior manteniendo la mirada hacia arriba. Mantén 5 segundos, relaja y repite 5 veces.
5. Ejercicio para el párpado inferior
Dibuja una «V» con el dedo índice y el corazón y coloca la yema de un dedo al comiendo del lagrimal y otra en el final del ojo. Presiona para que la piel no se mueva (no tires de ella hacia los lados) y, con la mirada hacia arriba, intenta acercar el párpado inferior al superior. Aguanta 5 segundos, relaja y repite 5 veces.
6. Ejercicio para el orbicular del ojo
Haz una especie de «gafas» con las manos, colócalas sobre el orbicular del ojo (ceja y final de la ojera), abriéndolos bien e intenta cerrar los ojos. Mantén 5 segundos, relaja y repite 5 veces.
7. Ejercicio para la musculatura de la nariz
Coloca el dedo índice bajo la nariz, haciendo presión hacia arriba. Haciendo un gesto parecido al de «Embrujada», empuja el dedo hacia abajo con la nariz. Mantén 5 segundos, relaja y repite 5 veces.
8. Ejercicio para la zona labial
Coloca los «talones» de las manos en el borde de la boca y estírala hacia los lados. Mete los labios cerrando la boca como si fueras un pez y mantén 5 segundos. Relaja y repite 5 veces.
9. Ejercicio para los pómulos
Haz el mismo ejercicio que antes, pero colocando la base de las manos bajo los pómulos, llevándolas hacia arriba y hacia fuera. Cierra de nuevo la boca metiendo los labios hacia dentro y haz las mismas repeticiones. También puedes meter los pulgares en la boca, dibujando una «O», y tirar de ellos hacia fuera oponiendo, resistencia con los labios.
10. Ejercicio para el cuello
Coloca las palmas de las manos, una encima de otra sobre el pecho y tira suavemente hacia abajo. Intenta tapar el labio superior con el inferior. Aguanta 5 segundos, relaja y repite 5 veces.
Repeticiones y series. Puedes hacer las repeticiones que quieras de cada ejercicio y toda la rutina completa de 1 a 3 veces. Haz siempre un mínimo de 5 repeticiones de cada ejercicio y, al principio, intenta practicar todos los días.
Masaje autokobido
Igual que con el cuerpo, lo ideal después de hacer ejercicio facial es terminar con estiramientos y masajes. Y para eso nada mejor que una sesión autokobido. Conocido como el «lifting facial japonés», el masaje facial Kobido es famoso en el país nipón por su efecto de estiramiento facial. Un básico de las japonesas para mantener su juventud gracias a los numerosos beneficios de esta técnica: activa la circulación, relaja las facciones, estimula la musculatura de la cara, ilumina el rostro y oxigena la piel.
Además, aprender a realizarlo calma el estrés, mejora el estado de ánimo y ayuda a reducir los dolores de cabeza. Y hay más beneficios aún: el automasaje Kobido resulta perfecto, tras la limpieza facial, para potenciar el efecto del sérum o de nuestro tratamiento hidratante habitual. Por la mañana, es ideal para comenzar el día con «buena cara».
Aquí tienes 10 pasos para hacerte un masaje autokobido. Antes de empezar es muy importante hidratar el rostro, por ejemplo, con un aceite facial, para que las manos resbalen bien.
- Movimientos ascendentes desde la base del cuello hacia la barbilla.
- Desliza índice y corazón desde la barbilla hasta la mandíbula.
- Masajea desde el centro de los labios hacia fuera.
- Sigue el surco nasogeniano hasta el comienzo de las cejas.
- Dibuja el contorno del ojo con el dedo corazón.
- Alisa las patas de gallo con los índices.
- Haz movimientos de zigzag en el entrecejo.
- Alisa la frente de abajo a arriba y hacia fuera.
- Manos en garra para abrir el rostro de abajo a arriba y de dentro hacia fuera.
- Manos ahuecadas sobre los ojos. Siente tu respiración.
Por sus beneficios, el ejercicio facial y los automasajes se están convirtiendo en un auténtico boom entre las mujeres (y cada vez más hombres) y en una alternativa a los tratamientos médico estéticos invasivos. Dedicar unos minutos cada día a estimular tu rostro te ayudará a potenciar tu belleza natural y a prevenir el envejecimiento. Fácil, barato y efectivo. ¿Cómo aprender gimnasia facial? Tienes montones de apps que pueden guiarte, vídeos y tutoriales en Youtube, e incluso puedes hacer cursos y talleres presenciales u online.