Ya sea en un jardín, patio o balcón, es posible tener un huerto en casa, aunque tengas el espacio muy limitado. Esto te permitirá cultivar tus propios alimentos frescos, hierbas y plantas, lo que te ayudará a comer realmente sano, bio y barato, y te producirá una gran satisfacción personal, ya que también estarás ayudando al planeta. Cuidar de tu pequeño huerto puede convertirse en una afición y en un agradable momento de desconexión.
Te contamos todo lo que necesitas saber para montar tu propio huerto en casa, desde la selección del lugar adecuado hasta la elección de los cultivos apropiados, pasando por las técnicas de siembra, el cuidado de las plantas o la forma de riego.
Dónde montar tu huerto y qué contenedor escoger
No hace falta que tengas una casa con jardín para tener un huerto en casa. Una terraza, un balcón o un patio son suficientes para montar tu pequeño oasis. Lo importante es colocar tu huerto donde pueda recibir unas cuantas horas de sol al día (lo ideal es alrededor de seis), donde esté resguardado del viento y mejor con orientación sur o suroeste. Pero tampoco pasa nada si no tienes un espacio así, ya que entonces podrías cultivar hortalizas más resistentes como por ejemplo lechugas o hierbas aromáticas que, a diferencia de los tomates, no requieren tanto sol.
Una vez escogido el sitio, toca escoger el contenedor de tu huerto. Puedes utilizar maceteros grandes, jardineras, hasta cajones reciclados. Pero si lo quieres más fácil y práctico, tienes una enorme oferta de contenedores para huertos urbanos, súper pequeños, funcionales y bonitos, como los de madera, que son hasta decorativos. También los encontrarás de acero galvanizado y PVC. Una solución que nos gusta mucho y que es cómoda para todo el mundo son las mesas de cultivo, que al estar elevadas sobre patas evitan tener que agacharse.
Si escoges esta solución, lo ideal es que la mesa de cultivo tenga al menos 15 cm de profundidad y que estén preparadas para su uso exterior. Si prefieres tener el huerto a ras de suelo, también puedes encontrar prácticas jardineras en escalera, ideales para las plantas más altas que requieren guía, como las tomateras o pimenteras.
En caso de tener espacio para este tipo de huerto urbano, con unos 4 m2 podrías tener un huerto bastante variado y capaz de abastecer a cuatro personas. Con este dato ya te puedes hacer una idea del ahorro en fruta y verdura. Pero lo mejor es que podrás comer de verdad vegetales frescos, de proximidad y temporada, con sabor y llenos de nutrientes.
Si tu terraza o patio es muy pequeño, pero dispones de una pared, puedes montar un original huerto vertical, los tienes de diferentes tipos en plan módulos, lo que te permite adaptarlos a cualquier hueco. Los tienes hasta de fieltro reciclado, que no hace necesario impermeabilizar las paredes y facilita el riego.
¿No tienes ningún espacio al aire libre?
También hay mini huertos de interior que puedes ubicar, por ejemplo, en la cocina. Actualmente, hay soluciones tan innovadoras para ayudarnos a ser sostenibles como el cultivo hidropónico de interior, que permite que las plantas crezcan en una solución de agua con nutrientes sin necesidad de tierra.
Estos huertos inteligentes de interior garantizan la luz y el agua a los cultivos cada día, ya que cuentan con un sistema de autorriego. Incluso vienen con cápsulas biodegradables que llevan semillas y nutrientes para que no tengas que hacer prácticamente nada más que escoger el tamaño del huerto.
Qué sustrato y qué plantas escoger
El sustrato es esencial para que tu huerto casero florezca. Para los huertos urbanos lo ideal son los sustratos orgánicos, que ya contienen nutrientes y abono para que las plantas crezcan sanas y fuertes. ¿Por ejemplo? El hummus de lombriz y la fibra de coco, que retienen el agua y permiten una buena aireación. Puedes mezclar compost en el sustrato para aumentar la cantidad de nutrientes en la tierra.
Para abonar, por ejemplo, cuando vayas a trasplantar o para enriquecer la tierra, mejor escoger abonos orgánicos que respeten el medioambiente. Puede ser necesario el uso de fungicidas e insecticidas para evitar hongos e insectos, y lo ideal es buscar que también sean orgánicos. En cualquier vivero pueden asesorarte sobre la mejor decisión para tu huerto.
¿Qué plantas escoger?
Lo ideal es una combinación de varias plantas para que tengas más variedad de productos. Las más resistentes y fáciles para empezar son estas:
- Verduras de hojas verdes. Deben tener presencia en tu huerto urbano para que puedas tener variedad en tus platos. La lechuga es la alternativa más fácil porque además no necesita tanta luz. Pero las espinacas y la rúcula también son agradecidas, ya que crecen rápido y durante todo el año, aunque lo ideal es plantarlas en otoño y primavera.
- Tomates y cebollas. Son plantas fuertes y que crecen bien. Eso sí, los tomates necesitarán bastante luz y lo ideal es plantarlos al comienzo de la primavera. Las cebollas pueden plantarse en cualquier época del año. También necesitan sol, pero muy poco riego.
- Fresas y zanahorias. Las fresas son muy resistentes y una buena elección para los huertos urbanos. La única condición es que necesitan sol y que las libres de posibles hierbajos. Hay que plantarlas al comienzo de la primavera. Las zanahorias son otra planta perfecta para los huertos urbanos, ya que puede plantarse en cualquier época y crece en tres meses.
- Plantas aromáticas. Son muy agradecidas y perfectas para completar tu huerto urbano y aromatizar tus comidas, pues ocupan poco espacio y no atraen plagas ni enfermedades. Necesitan luz, pero puede bastar la de una ventana, por lo que pueden cultivarse también en interior. El perejil, la albahaca, la menta, el cilantro o el tomillo son buenas opciones.
Otras verduras y hortalizas que puedes cultivar son las acelgas, patatas, ajos, tomates cherry, pepinos, pimientos, berenjenas, rábanos o calabacines. Como ya has intuido, algunas puedes plantarlas directamente en el contenedor o mesa de cultivo, como las hierbas aromáticas o las zanahorias; y otras necesitan primero germinar o crecer en macetas pequeñas y luego trasplantarse.
Cómo sembrar y regar tu huerto urbano
Una vez decididas las verduras, frutas u hortalizas que queremos plantar, hay que decidir si utilizamos semillas o plantones. Si es tu primera vez con un huerto urbano, la forma más fácil son los plantones, que puedes conseguir en cualquier vivero. Aunque no verás la primera fase de crecimiento de la planta, te resultará mucho más fácil plantarla y que crezca bien.
Una vez vayas adquiriendo experiencia, puedes empezar a combinar semillas y plantones. Las semillas puedes comprarlas (mejor orgánicas) o conseguirlas de tus propios cultivos en semilleros a través de las plantas más vigorosas. Las hortalizas como las zanahorias, los rábanos o las habas no soportan bien el trasplante, así que es mejor sembrarlas directamente en su emplazamiento definitivo.
Respecto al riego, tienes diferentes posibilidades. Podemos regar de forma manual, sobre todo si tu huerto es pequeño, utilizando una regadera. Si el huerto es más grande y además recibe mucho sol, puede ser necesario instalar un sistema de riego por goteo con programador, lo que también nos permitirá ahorrar agua y adaptarla a las necesidades de cada cultivo. En el mercado tienes muchas alternativas de autorriego para huertos urbanos.
También existen jardineras que llevan ya incorporado un sistema de autorriego en la parte baja que mantiene húmedo el sustrato de forma permanente. Es una buena opción para las hortalizas menos exigentes con el agua.
Y llegamos al final, la recolecta, el momento más agradecido del huerto urbano. ¿Cuándo hacerla?
En el caso de plantas con fruto como el tomate, cuando estén maduros. Otras hortalizas como los pepinos y los calabacines hay que cogerlos antes de que maduren del todo y hagan semillas. La mayoría de las hortalizas de hoja pueden ir recolectándose cuando las vayamos necesitando. En el caso de las lechugas o espinacas podemos ir cortando hojas cuando queramos consumirlas sin necesidad de arrancar la planta. Los ajos y las cebollas pueden recolectarse antes si los queremos tiernos, o cuando estén maduros si los queremos secos.
Como ves, tener un huerto en casa es hoy en día una iniciativa sencilla, barata y gratificante, ya que te permitirá tener tus propios vegetales frescos y llenos de sabor, disfrutar con el proceso de cultivo, crecimiento y recolecta (puede convertirse en una relajante afición) y, además, tener la satisfacción de que estás ayudando al medioambiente.