Seguro que en más de una ocasión has oído la expresión "metabolismo lento". Pero, ¿tiene sentido hablar de metabolismo lento? ¿Qué factores influyen? ¿Cómo lo podemos aumentar?
Para responder a estas preguntas veamos en primer lugar cuáles son los componentes en los que se divide el gasto energético diario de una persona:
- Metabolismo basal: Gasto energético mínimo que el cuerpo necesita para mantener las funciones vitales y seguir viviendo (respiración, circulación de la sangre,...). Representa aproximadamente entre el 60% y el 75% del gasto energético total.
- Termogénesis: Energía necesaria para digerir, absorber y metabolizar los alimentos que ingerimos. Supone entre un 10% y un 15% de las necesidades diarias de energía.
- Actividad física con ejercicio: Gasto energético debido a la práctica de algún deporte o ejercicio físico programado. Tiene el propósito de mantener la condición física. Está entorno a un 10% del total salvo que seas un atleta.
- Actividad física sin ejercicio: Gasto energético inducido por la actividad física cotidiana no considerada ejercicio físico (levantarse, sentarse, agacharse, caminar, subir escaleras,...). Por sus siglas en inglés se denomina NEAT (Non Exercise Associated Thermogenesis) y puede llegar a representar el 25% del gasto diario.
De los componentes del gasto energético total, ¿quién será el lento? ¿Cuáles podremos cambiar con nuestros hábitos?
Cuando hablamos de metabolismo lento nos estamos refiriendo al metabolismo basal. Y aunque es verdad que depende de diversos factores, como la composición corporal, el sexo y la edad, no varía tanto como creemos de una persona a otra. Personas con un mismo peso tendrán un metabolismo basal similar.
El siguiente componente, la termogénesis inducida por la dieta, depende de la cantidad y alimentos ingeridos. Si comes menos, gastas menos. Pero en términos absolutos tiene poca influencia sobre la variación total del gasto diario.
Por otro lado, el gasto energético del ejercicio físico suele estar sobrevalorado. Practicar 1 hora de ejercicio, de 3 a 5 veces por semana, no tiene un impacto significativo en el gasto energético total. Solo en el caso de los atletas supone un gasto considerable.
Donde de verdad existe una diferencia significativa entre el gasto energético de 2 personas diferentes es en el NEAT. Este es en realidad el componente "lento". Como hemos visto anteriormente, el NEAT está directamente relacionado con el movimiento diario. Por ello, salvo casos aislados en los que exista algún tipo de desajuste metabólico, si tenemos el metabolismo lento es porque nos movemos poco.
En vez de preocuparte de hacer ejercicio en momentos puntuales de la semana, que también es bueno, preocúpate sobre todo por cambiar de estilo de vida e incorporar hábitos saludables para mejorar tu NEAT. Recuerda que el ejercicio físico por sí solo no compensa los efectos negativos de una vida sedentaria.
Incrementa tu NEAT de forma sencilla con estas pautas de estilo de vida saludable: evita las escaleras mecánicas y los ascensores, en el autobús o metro bájate una parada antes, camina al trabajo, baila,...y sobre todo muévete más.
Tu salud te lo agradecerá!