¿Has sentido que los programas de ejercicios se complican cada vez más? ¿Que necesitas artilugios, equipos especializados y conocer terminología que parece sacada de un laboratorio? Pues como tú hay muchos. Y para tu alivio, aquí te simplificamos el camino: hay un movimiento que busca que el ejercicio y el movimiento vuelva a lo más natural del mundo. Vuelve a la esencia de moverte y disfrutar haciéndolo. Bienvenidos al movimiento natural (MN).
¿Qué es el movimiento natural?
Volver a lo básico, es la frase que acompaña al movimiento natural. Esto se refiere a aquellas rutinas que le agregan juego y exploración, que ayudan a moverse mejor y permanecer comprometido tanto con el programa de ejercicios como con nuestras acciones diarias. Porque eso es lo que debe proporcionarnos el ejercicio, la habilidad que nuestro día a día sea más llevadero.
El movimiento natural implica lo básico: caminar, correr, escalar o gatear, así como movimientos que tienen que ver con la utilización de varias articulaciones como levantar, cargar, lanzar y atrapar.
Estos elementos naturales se incorporan y fusionan en rutinas de fitness para mejorar nuestro desempeño. Por ejemplo, escalar ayuda a desarrollar nuestra flexibilidad, mejora la fuerza y el acondicionamiento corporal al mismo tiempo, haciendo de las rutinas naturales una forma eficiente de hacer ejercicio.
Según Erwan Le Corre (fundador del sistema de educación física MovNat), entrenar en el gimnasio partes aisladas del cuerpo puede ser reconfortante a nivel físico y estético, pero el agregar el trabajo en las habilidades del MN te traerá beneficios para tu día a día casi sin que te des cuenta. Te prepara para el mundo real.
Estas habilidades se basan en el movimiento como lo hacían nuestros ancestros, mezclados con la naturalidad y hasta parte lúdica que teníamos cuando niños, que vamos perdiendo con el pasar del tiempo.
La diferencia primordial está en que en el gimnasio aislamos músculos con movimientos específicos mientras que las rutinas de MN se basan en una gama más completa de habilidades que trabajan el cuerpo como una unidad.
Todo se conecta y cada una de estas habilidades también se interconecta para brindar un mejor movimiento, más fluido y más seguro.
Habilidades básicas
Las rutinas que hacemos en los gimnasios no nos hacen necesariamente mejores en nuestro desempeño fuera de estos espacios, el MN implica más allá que la hora que pasamos en esos recintos. Hay que centrarse en las habilidades básicas:
Equilibrio: ¡Lo necesitamos para todo en la vida! No quiere decir que tienes que ser un equilibrista de circo y caminar en la cuerda floja. Cosas tan básicas como el estar de pie requiere equilibrio. Y para mejorar esta habilidad tenemos que trabajar en nuestra postura y la percepción que tenemos de nuestro cuerpo en el espacio.
Esto quiere decir la conciencia que tenemos de dónde está nuestro centro de gravedad en relación a la superficie donde estamos. Para esto tenemos que distribuir nuestro peso en los puntos de apoyo del cuerpo, como pueden ser los pies cuando estamos parados o las nalgas estando sentados.
De hecho, el estar conectado con nuestro cuerpo nos brinda seguridad y menos molestias durante el día.
Correr: Esta parece una habilidad innata del ser humano, y si no lo crees, piensa en los chicos que parecen no tener otra velocidad en los campos de juego que la de «correr-constantemente», ¡cosa que hacen sin lesionarse ni quejas!
Pero esta característica natural parece desgastarse con el tiempo, por la poca atención que le prestamos a nuestra postura, el uso de zapatos incómodos, la cantidad de horas sin actividad...Trabajar en la técnica para correr más rápido, más seguro y durante más tiempo nos permitirá realizar esta tarea sin lesiones.
Saltar: Inevitablemente, a pensar en saltar volvemos a los chicos. No parece existir niño que no salte. Es algo que hacíamos de manera natural y dejamos de lado. Porque no es tanto el salto en sí sino la manera en que caemos la que nos causa problemas -y miedos de lesiones también-. Pero el trabajar en la técnica correcta de aterrizaje nos puede hacer volver a realizar esta actividad sin preocupaciones, como cuando éramos chicos.
Gatear: Es una habilidad que logramos a los pocos meses de vida y que otra vez, perdemos a medida que vamos creciendo. Pero el trabajar en el "gateo" hace maravillas en la utilización de tu fuerza, postura, respiración y coordinación.
Escalada: No hablamos de llevar al Everest, pero sí de esta habilidad de poder montarnos en distintas superficies, utilizando el agarre de nuestras manos y la fuerza de empuje de nuestros brazos y espalda. Además este movimiento es excelente para la alineación, la movilidad del hombro y la fuerza de agarre.
Levantar y mover: Es importante tener a fuerza suficiente para mover un objeto pesado de manera segura. Puede que lo necesites para tu trabajo o para alguna acción puntual en tu hogar. Más de una tarea que realizamos, como cargar bolsas del supermercado o mover un mueble, tienen que ver con esta habilidad y el secreto está en hacerlo de manera segura para evitar lesiones en tu espalda.
¿Cómo empezar?
Como podrás darte cuenta, no es necesario que seas un súper atleta para disfrutar de los beneficios del MN. Todos podemos hacerlos y si quieres iniciarte a trabajar -o mejorar- tus habilidades naturales, la publicación MovNat te brinda estos consejos:
1.- Comienza con lo básico: Construye tu rutina con una base adecuada de movimiento. Es seguir el viejo consejo de "caminar antes de correr". Trabaja en habilidades básicas como la respiración, tu postura, el equilibrio, el gateo para ir pasando a lo más elaborado como saltar (o el aterrizaje correcto), escalar y levantar. Domina los conceptos básicos primero para que tu cuerpo se prepare para el próximo paso.
2.- Equivócate: ¿Has escuchado aquello de aprender de nuestros errores? Pues nada más acertado y mejor aplicable que en el movimiento natural. Para realizar cualquier movimiento con eficiencia, debes practicar y seguir una curva de aprendizaje que implica equivocarse, caer y volver a levantarse. De la práctica, de mejorar y de volver a intentarlo, realmente se aprende.
3.- Se progresivo. Por naturaleza también trabajamos más en aquello que se nos da bien. Dejamos de lado lo que nos cuesta o nos causa incomodidad. Debemos dejar la tentación de «especializarnos» únicamente en lo que nos gusta o se nos da bien y vayamos viendo la progresión -tras la práctica y el error- de mejorar en aquellas habilidades que nos cuestan.
4.- Entrena inteligentemente. Como ellos mismos dicen, ya es un cliché decir «escucha a tu cuerpo» pero es realmente cierto e importante cuando hablamos de introducir nuevas rutinas o movimientos. Una cosa es que nos cueste -lo explicado en el punto anterior- a sentirnos que algo no va bien.
Si sientes que las cosas no van por el camino correcto, pues para y vuelve a lo más básico del movimiento (de ahí que es importante la progresión). Aprende a diferenciar entre dolor y esfuerzo. Esto puede evitarte malos ratos -y lesiones-.
Si te fijas, en todo lo explicado -tanto las habilidades básicas como los consejos para principiantes- hay una relación y progresión natural. Cada elemento se conecta y da la base para el siguiente. Es empezar por lo pequeño para ir abarcando más, de manera más completa y más segura.
Ve poco a poco, observando, aprendiendo y disfrutando del camino. Y si quieres seguir profundizando, en los siguientes enlaces tienes métodos alternativos basados en el movimiento natural referentes en España:
Método Paleotraining (De Airam Fernández)
Laboratorio de movimiento (De Rober Sánchez).
Programa Desencadenado (De Fitness Revolucionario)
Entrena como un humano, ¡tu salud te lo agradecerá!