«Hábitos atómicos» de James Clear, desata el poder de los pequeños hábitos

El ser humano, en un constante desafío consigo mismo, tiende a ponerse metas con el fin de alcanzar objetivos que le hagan sentirse dueño de su propio destino. Metas que, a menudo, resultan lejanas e inalcanzables, y que acaban convirtiéndose en una mera utopía abandonada en el camino de la vida. Incluso aquellas que pudieran ser más simples como perder peso, hacer ejercicio, dejar ciertas adicciones o aprender un nuevo idioma, se convierten en un sueño inalcanzable. Pero, ¿por qué otros son capaces de conseguirlo? ¿Dónde está el secreto del éxito?

¡Cuánto nos gustaría disponer de una pócima mágica! Sin embargo, existe algo mucho más duradero, sólido y eficaz: el poder de los pequeños hábitos. Pequeños gestos diarios capaces de conseguir cualquier meta u objetivo.

¿Qué son los hábitos atómicos y cuál es su poder?

Qué son los hábitos atómicos y cuál es su poder

«Hábitos atómicos» es un libro que va más allá de la gestión del tiempo y la productividad. A través de él vamos a sentar las bases de un nuevo sistema de vida. Es así como aprenderemos del propio aprendizaje que el día a día nos ofrece, marcando unas rutinas cercanas, posibles y necesarias. 

Sin embargo, para conocerlo a fondo, es necesario diseccionar su significado.

¿Qué es un hábito?

El hábito es una conducta o rutina que repetimos de forma continuada a lo largo de nuestra vida. De hecho aparece cada día de forma automática, sin permitir ni el más mínimo resquicio para la duda. Tal es así que no somos conscientes de la importancia de estas rutinas, y que de ellas depende la calidad de nuestra vida. Estar abiertos a conocerlas, eliminarlas o cambiarlas, es un poder que podemos ejercer para sentirnos más libres y felices.

¿Qué es algo atómico?

Sabemos que el átomo es la cantidad más pequeña que forma parte de un organismo mayor. Son esas pequeñas partículas que conforman un todo, las que construyen el andamiaje de nuestra vida. De ahí su inmenso poder.

¿Qué es un hábito atómico?

Para conseguir una meta firme y sólida es necesario, primero, observar nuestro día a día y valorar cuáles son esos pequeños hábitos que están edificando nuestra vida. Algunos son positivos y otros necesitarán ser modificados, especialmente si tenemos un objetivo fijado en el horizonte que deseamos cumplir. 

Los hábitos atómicos son los pequeños objetivos que vamos a ir implantando en nuestro día a día. Pequeños cambios cotidianos que, con el paso del tiempo y el tesón, se convertirán en rutina, haciendo cambiar nuestro comportamiento y, por lo tanto, nuestra existencia.

Pequeños pasos, grandes resultados

Para conseguir un gran resultado es necesario hacer pequeños cambios cada día. Del mismo modo que para alcanzar cualquier cima, se necesitan constantes y pequeños pasos hacia la cumbre: nuestro objetivo final. 

Pero para llegar hasta allí es necesario fijar la atención en los pequeños pasos, olvidando el objetivo para construir una sólida base, lo que podemos llamar sistema. Un sistema de vida que, al mismo tiempo, es un continuo aprendizaje. 

¿Cómo reforzar el aprendizaje?

Según «Hábitos atómicos» de James Clear, la clave está en que los pequeños hábitos van a darte una nueva identidad, es decir, a través de estos nuevos pequeños gestos cotidianos te vas a convertir en la persona que quieres ser. De ahí que algunos puntos te pueden ayudar a iniciar el cambio con éxito:

  • No te concentres en el objetivo que deseas lograr, sino en la persona que quieres llegar a ser.
  • Para crecer y sentirte mejor contigo mismo, revisa y corrige tus creencias. Encontrarás algunas, que aun apareciendo de forma inmediata, ya no querrás que formen parte de tu nueva identidad.
  • Ten en cuenta que cualquier hábito se mueve en un círculo de retroalimentación que consta de cuatro pasos: señal, anhelo, respuesta y recompensa. Por lo que quedan atrapados en un bucle que hay que conocer y romper para cambiar la conducta.

Las cuatro leyes del cambio de conducta

Las Cuatro Leyes del Cambio de Conducta

Para Clear existen 4 leyes determinantes para que nos iniciemos en el cambio de una conducta para conseguir, no solo el objetivo que nos hemos propuesto, sino una nueva forma de vida que, a su vez, viene acompañada de una nueva y renovada identidad. Estas son:

1ª Ley: Hacerlo obvio

Es importante que estos cambios que se van a ir produciendo sean evidentes y se vean reflejados en el entorno. De esta forma daremos visibilidad a esos pequeños cambios que queremos implantar en nuestra vida, haciendo invisibles los que queremos desterrar. Por ejemplo: vamos a cambiar nuestra alimentación, para ello esconderemos los snacks para dar protagonismo visual a una alimentación saludable. 

2ª Ley: Hacerlo atractivo

Está claro que cuanto más atractivo sea ese nuevo comportamiento, más sencillo será de adoptar. Sin embargo, no siempre encontramos esa parte positiva o suficientemente atractiva como para asentarse definitivamente. Una buena idea es combinarlo con otro hábito que sí lo sea, o unirnos a un grupo donde ese hábito sea el centro de unión. Por ejemplo: queremos iniciarnos en el ejercicio, y nos unimos a un grupo de senderismo.

3ª Ley: Hacerlo fácil

Sabemos que todo cambio necesita de una gran dosis de esfuerzo. Sin embargo, la mente humana está programada para seguir la «ley del mínimo esfuerzo». Por eso para implantar un nuevo hábito debes hacerlo de forma continuada y de la manera más sencilla. Al menos las primeras veces no emplees más de 2 minutos en él, pero cuanto mayor número de veces lo hagas, más fácil será que, al final, se convierta en rutina. Otra buena idea es crear un ambiente propicio para poder desarrollarlo.

4ª Ley: Hacerlo satisfactorio

Conseguir resultados inmediatos es bastante improbable, todo lo que se prolonga en el tiempo es lo que de verdad acaba consolidándose. Pero es cierto que, en nuestro afán por llegar a la meta pronto y con éxito, nos hace sentirnos desmotivados, fracasados y, por tanto, abandonemos nuestro nuevo hábito. La solución está en que, para que ese nuevo hábito se mantenga en el tiempo, tenga una recompensa inmediata. Por ejemplo: quieres dejar de fumar. Cada semana que pasas sin tabaco, guardas el dinero de ese gasto en una hucha, así ahorrarás para unas buenas vacaciones.

Resumen de «Hábitos atómicos»

Ya has visto como el libro «Hábitos atómicos» va más allá de un simple manual de gestión del tiempo y productividad, en el que te dan una ruta marcada a seguir. Se trata de una puerta abierta hacia un cambio radical en tu vida, una forma de conseguir hábitos más saludables para convertirte en aquella persona que siempre has deseado ser. ¡Tu salud te lo agradecerá!

Más artículos