Encontrar la motivación para comenzar algo, cualquier actividad, puede ser un gran desafío.
El cambio no es fácil. Es necesario un gran esfuerzo para cambiar rutinas.
Y estar motivado será la forma más gratificante de recorrer ese camino.
En este artículo, hablaremos de cómo podemos buscar esa motivación que nos empuje hacia adelante.
Quedarse a esperar a estar motivado no suele dar buen resultado.
¿QUÉ ES LA MOTIVACIÓN?
Podemos definir la motivación como un estado que te lleva a realizar una tarea con ganas y determinación.
Cuando estás motivado, te sientes animado y con interés.
A menudo, cometemos el error de pensar que debemos esperar a estar motivados antes de comenzar. Y recurrimos a vídeos y libros motivacionales.
Esto puede ayudar, sin embargo, no suele ser suficiente.
La inspiración activa es la que ofrece mejores resultados. La motivación surge con mayor fuerza después de comenzar un nuevo comportamiento. No antes.
La motivación suele ser resultado de la acción y no su causa.
La primera ley de Newton dice que los objetos tienden a permanecer en el mismo estado de reposo o de movimiento.
Si lo aplicamos a nuestras acciones, una vez en movimiento, tendemos a mantenerlo. Es decir, una vez que comenzamos una tarea, es más fácil seguir haciéndola.
Diferenciaremos dos tipos de motivación: la extrínseca y la intrínseca.
La motivación extrínseca valora la tarea que realizas a través de refuerzos externos. El dinero, el reconocimiento, los regalos o las medallas son algunos ejemplos.
La motivación intrínseca se encuentra dentro de cada uno y responde a tus gustos, a tu propósito y a tu propio desarrollo.
FORMAS DE ENCONTRAR LA MOTIVACIÓN
Como decíamos, la motivación no llega por arte de magia. Hay que buscarla. Una vez la encuentras, la motivación tiene el efecto de bola de nieve. Mientras te mantengas en movimiento, cada vez será mayor.
Aplicar algunas técnicas basadas en la influencia de la motivación intrínseca y extrínseca en nuestro comportamiento te pueden ayudar a ir en la dirección correcta.
- Busca un propósito que sea la guía de tus acciones. Hazte una pregunta: ¿Por qué?
- Piensa y escribe sobre el valor de tus acciones, cómo te ayudan a ti o a otras personas.
- Proponte una meta específica y realista. Ponle fecha para adquirir el compromiso de alcanzarla. Si puedes, fija también metas intermedias que te ayuden a progresar poco a poco como explicamos en el kaizen.
- Júntate con personas que tengan tus mismos intereses y que te puedan ayudar para lograr tus objetivos.
- Busca mentores. Un mentor es alguien que tiene experiencia en el hábito que deseas cambiar.
- Rodéate de personas que te apoyen y te comprendan como familiares y amigos. Comparte con ellos tus retos.
- Incluye acciones en tu vida alineadas con tu objetivo. Repítelas para convertirlas en un hábito y hacerlas parte de tu rutina.
- Revisa periódicamente tu progreso. Ver los avances es un gran motivador en sí mismo y también mejora tu autoestima. Crear un indicador de progreso es simple. Por ejemplo, las listas de verificación.
- Recompensa tus logros a modo de motivación extrínseca.
- Pide ayuda. No estás sólo. Si te encuentras bajo de moral o no te salen bien las cosas deja que te aconsejen.
ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA AUTOMOTIVARSE ANTES DE EMPEZAR
Todo lo anterior te será de gran ayuda para encontrar la motivación y mantenerla durante tu cambio.
Pero, a veces, lo que más cuesta es empezar. Ponerse en movimiento.
La parálisis por análisis suele ser una de las causas. Intentamos recabar toda la información posible y armar el plan perfecto antes de comenzar.
Error.
Siempre se puede estar más preparado, más formado, se pueden leer más libros. Si te metes en esta espiral, será difícil salir. Especialmente hoy en día con toda la información al alcance de unos clicks.
Piensa que un plan imperfecto puesto en marcha dará siempre mejores resultados que un plan perfecto que nunca comienza.
Además, puedes aplicar algunas de las siguientes ideas para dar el primer paso:
Se minimalista en tus objetivos. No asumas demasiado. Intentar lograr demasiados objetivos a la vez te robará demasiada energía y tu foco estará dividido. Como dice Stephen R Covey: lo primero, primero.
Encuentra inspiración. Puedes encontrarla en otras personas que ya han pasado por tu situación. Busca en Google tu objetivo para encontrar historias de éxito. Verás que mucha gente lo ha logrado y, por lo tanto, tú también puedes.
Genera anticipación. Establece una fecha de inicio en un par de semanas. Márcala en el calendario y conviértela en la fecha más importante del mes. Mientras tanto, prepara tu plan.
Comprométete públicamente. A nadie le gusta quedar mal delante de los demás. Habla sobre tu plan, tus objetivos y tu fecha de inicio. Harás un esfuerzo adicional para hacer algo que has dicho públicamente.
Elimina los pensamientos negativos. Empieza a escuchar tus pensamientos y apunta aquellos que sean negativos. Posteriormente remplázalos por otros positivos.
Los pensamientos negativos suelen ser irracionales y causados por el miedo. Encuentra datos racionales que los combatan. Por otro lado, no te centres en las dificultades, sino en los beneficios que obtendrás de tus acciones y de tu cambio.
Empieza pequeño. Si tienes dificultades para empezar, puede ser que estés pensando demasiado en grande. ¿Quieres empezar a entrenar? En lugar de empezar con el objetivo de entrenar 5 días a la semana, comienza con unos pocos minutos. Entrenar 5 minutos, 5 días es tan sencillo que no podrás fallar. Esto se convertirá en pequeños éxitos que te ayudarán a sentirte bien y a afianzar el hábito. Posteriormente podrás aumentar el tiempo poco a poco.
Escribe tu objetivo diario. Verbalizar la acción que quieres hacer te ayudará a realizarla. Escríbelo en grande y ponlo en algún lugar donde lo puedas ver frecuentemente. Será tu recordatorio para mantener las ganas y el foco.
EN RESUMEN
Los cambios son siempre difíciles. Es fácil acostumbrarse a la zona de confort adquirida.
La motivación te empujará a llevar a cabo esos cambios, pero para ello debes buscarla.
Recuerda que la motivación es una consecuencia de empezar a hacer algo y no es la causa. Cuánto más avances, más motivación encontrarás para seguir.
Y esa motivación vendrá de tus logros internos (motivación intrínseca) y del reconocimiento exterior (motivación extrínseca).
Si tienes en cuenta y aplicas las diferentes formas de encontrar la motivación, no habrá quién te pare. ¡Tu salud te lo agradecerá!