¿Cómo realizar un cambio duradero en tu vida?

Cómo realizar un cambio duradero en tu vida: los Sí y los No

Cuando empezamos el año nos llenamos de energía, optimismo y metas que queremos cumplir en los días que se nos vienen encima. Tenemos 12 meses para cumplir tanto lo que deseamos, como lo que hemos estado posponiendo. Y muchas veces esto último es lo que más engorda la lista: la cantidad de veces que dijimos «este año sí» que al pasar el tiempo se traduce en un «mejor el siguiente».

¿Te ha pasado? ¿Te has planteado metas que no llegas a realizar? Cuando hablamos de salud y hábitos para mejorar nuestra vida muchas veces tenemos varios ítems en esa categoría. Por eso queremos darte esta vez una pequeña guía de recomendaciones que te puedan ayudar, poco a poco, a realizar un cambio real en tu vida.

Vamos a empezar con algunas actitudes que puede que hayas repetido -mucha veces hasta el cansancio- y que te dejan con la sensación que lo único que lograste fue perder tiempo. Verifica si te ves reflejado en alguna de ellas. Paso fundamental para el cambio es darnos cuenta en qué estamos fallando.

Centrarnos en los cambios inmediatos

En esta época de automatización y rapidez, donde tenemos la información o la solución a nuestras dudas literalmente en la punta de nuestros dedos, es normal que pensemos que los procesos deben moverse a la misma velocidad.

Si nos proponemos perder peso, queremos lograrlo en tiempo record. Nada de pasar meses entrenando y cambiando nuestra alimentación, durante semanas que nos parecen interminables, y esperar que los resultados lleguen poco a poco.

Pensamos que nuestra fuerza de voluntad nos puede dar el empujón para llegar a febrero con el peso ideal y la forma física que siempre hemos soñado. Y por supuesto, muchas veces esto implica un duro despertar. Dos, tres o cuatro semanas no van a hacer el truco para cambiar lo que no has logrado en años.

Debemos abandonar el pensamiento del cambio inmediato y pensar en el proceso, los pequeños logros y los pasos que vamos a dar para llegar a esa meta.

Anotarnos en retos mágicos

Nada nos llama más la atención que el «reto mágico» de moda. Puedes entrar en las redes sociales y verás mil y una versiones de guías rápidas para lograr un físico ideal.

Por supuesto, esto va de la mano del cambio inmediato porque estos «retos» muchas veces implican el privarse de nutrientes o hacer ejercicio extremo por cierta cantidad de días y lograr el deseado «premio».

Lo que pasa es que, muchos de ellos, además de ser extremos -poca cantidad de comida, nivel de ejercicio elevado, abstención de muchos nutrientes- no cumplen su cometido. Muchas personas los abandona al poco tiempo -justamente por no ver resultados- o si los completan y vieron un cambio, pocas veces este es perdurable en el tiempo (y por eso año tras año buscan el «nuevo reto» que les cambiará la vida).

Porque la vida saludable se basa justamente en la formación de hábitos, cosa que no pasa en poco tiempo. Y esto va ligado con el siguiente punto.

Un hábito NO se forma en 21 días

Seguramente habrás escuchado la frase, con promesa mágica, que un hábito se forma en 21 días. Este número le da a muchas personas la seguridad ilusoria que en un pequeño espacio de tiempo, conseguirás cambiar algo de tu vida. Sea hacer ejercicios, comer más saludablemente, dejar de fumar.

¿Y qué es lo que pasa normalmente? Que muchos se encuentran el día 22 con las mismas ganas de repetir las rutinas que supuestamente habían dejado en el pasado.

Puedes volver a fumar, a comer dulces en exceso o abandonar el gimnasio sin ningún problema. Y es que la realidad es que un hábito no se forma en 21 días. Esta idea viene de la mano de las conclusiones que realizó un cirujano llamado Maxwell Maltz quien relataba que las personas, tras someterse a intervenciones quirúrgicas -como cirugías plásticas- tardaban unos 21 días en acostumbrarse a su «nueva cara».

En el Huffingtonpost nos explican que los hallazgos del Dr. Maltz fueron luego publicados en un libro llamado Psyco-Cybernetics donde explicaba que necesitamos un mínimo de 21 días para eliminar una imagen pasada y sustituirla por una nueva.

Esta idea terminó desvirtuándose en el conocido «21 días para formar un hábito» que te dan la idea de esfuerzo prolongado, pero no mucho, para conseguir un bien mejor. La formación de un hábito en realidad es un proceso más particular y que obedece a las realidades de cada uno.

Pero entonces, ¿qué podemos hacer para vivir un año más sanos? que pequeños cambios debemos ir incorporando en nuestra vida? Además de alejarse de los escenarios extremos ya explicados, estas sugerencias te pueden ayudar.

Evitar los extremismos

Si tu meta es eliminar el azúcar piensa primero en «reducirla» y no sacarla de tu vida como si de un exorcismo se tratase. Vas a reaccionar mejor al tratar de ir bajado su consumo que al evitarla.

Porque el mantener en la mente que debes prohibirte o evitar a toda costa una comida, ¡va a hacer que pienses más en ella! De hecho, prohibir completamente ciertos alimentos puede jugarte en contra y hasta desarrollar miedos a la comida.

Definir metas claras

Seguramente esto lo habrás escuchado mil y una vez, pero muchos de los planes fallan en esto. La meta la puedes tener, pero si no le aplicas una buena dosis de realidad, siempre se quedará en un deseo. Tu meta debe estar adecuada a tu vida, a tu nivel de actividad que tienes actualmente, al tiempo del que dispones así como de los sacrificios que estés dispuesto a hacer.

Es mejor pensar que vas a mejorar tu estado físico en los próximos seis meses, a pensar que vas a adelgazar lo que has engordado durante los últimos 10 años en dos meses.

Buscar el apoyo correcto

Si te falta guía para conseguir lo que quieres, te sientes perdido y sin norte, pues pide ayuda. Muchas veces nos centramos en tratar de solucionar solos lo que bien podríamos trabajar en equipo.

Un buen nutricionista que te ayude a comer la comida correcta o un entrenador que te guíe en el proceso de cambio en tu composición corporal. O el apoyo que puedes encontrar en comunidades donde las personas se encuentren con las mismas metas que tú tienes. Hay todo un mundo de ayuda y apoyo esperándote.

Y nuestra última recomendación es que hagas más de lo que te hace más feliz. Pensar que vas a cambiar tu vida haciendo algo que no te gusta, no te llevará muy lejos y difícilmente, podrás formar un hábito con algo que no te llena de alegría.

Trata de cambiarle la cara a cómo ves la alimentación -menos restricción, más sustitución- y el ejercicio -menos metas inmediatas y más hábitos saludables- y verás cómo este 2020, se transforma en el «este año sí».

¡Tu salud te lo agradecerá!

 

Foto: athree23 de Pixabay

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