Salud financiera

Cuida tu salud financiera: el músculo invisible que sostiene tu libertad

Este es un post invitado de nuestro amigo Jesús Arroyo, autor del blog alfinlibre.net

¡Os dejamos con Jesús!

Deja que me presente brevemente. Estudié ingeniería informática y siempre se me ha dado bien optimizar procesos. Con las finanzas no iba a ser diferente y, gracias a trabajos bien pagados, ahorro constante e inversión, alcancé la Libertad Financiera en 2016.

En aquel momento, lo primero que hice fue lanzarme a viajar a la aventura, que era lo que más deseaba. En 2018 completé una vuelta al mundo de casi dos años. Y desde entonces me dedico a divulgar sobre libertad financiera e inversiones. Todavía sigo viajando, pero «solo» unos 6 meses al año. Lo justo para evitar el invierno en España.

En mi caso, era bueno con las finanzas, pero no tanto con el cuidado de la salud. Afortunadamente, al tener resuelta la parte económica, he podido ponerme al día. Ahora tengo unos hábitos de alimentación, ejercicio y salud mucho mejores.

Si estás aquí y utilizas los productos de Paleobull, es bastante probable que en tu caso sí estés haciendo los deberes en cuanto a salud. Al menos en lo que respecta a la nutrición.

¿Pero estás también cuidando como se merece tu salud financiera?

Igual que cuidas tu cuerpo para vivir mejor, también deberías cuidar tu economía. Porque al final, ambas cosas, salud y dinero, te dan lo más valioso: libertad.

Hoy quiero hablarte de buenos hábitos financieros usando analogías con conceptos que seguro ya aplicas o conoces del mundo de la salud y el fitness.

Si entiendes por qué comes comida real, entrenas fuerza o respetas tus horas de descanso… también vas a entender por qué necesitas cuidar tu salud financiera.

Buenos hábitos financieros

Buenos hábitos financieros

Ayuno = Ahorro

El ayuno puede parecer incómodo, incluso innecesario teniendo la despensa llena. Pero los pequeños estreses controlados (hormesis) fortalecen el cuerpo: estimulan procesos regenerativos, mejoran la sensibilidad a la insulina, potencian las defensas...

El ahorro funciona igual: privarte un poco hoy te hace más fuerte mañana.

Cuanto antes entrenes tu músculo del ahorro, más capacidad tendrás de responder ante imprevistos. Además, estarás creando la materia prima para poder invertir, y esto te pondrá en la senda de una vida más libre y con menos estrés económico.

Envejecimiento = Inflación

El deterioro físico no se nota de un día para otro. Pero si dejas de moverte y alimentarte bien durante 20 años, lo notarás.

Lo mismo pasa con la inflación: es invisible en el corto plazo, pero destructiva en el largo.

Si no haces nada con tus ahorros, con el tiempo verás que ese dinero ya no vale lo que creías. Como cuando un cuerpo envejece por falta de actividad.

Las acciones con más impacto para frenar el envejecimiento son comer bien y hacer ejercicio. Para frenar la inflación, e incluso ganarle la batalla, también tenemos una herramienta poderosa: invertir.

Entrenamiento de fuerza = Inversión

Tener un cuerpo fuerte y sano no se consigue de un día para otro. Pero si entrenas con constancia, los resultados terminan llegando.

Tus ahorros son tu músculo financiero y la inversión es el entrenamiento de fuerza. Cuanto antes empieces a practicarla, más preparado estarás en el futuro. Hoy siempre es mejor que mañana, y nunca es tarde para empezar.

Invertir no es solo para hacerse rico. Es una forma de cuidar de tu «yo del mañana», igual que entrenas hoy para envejecer con salud.

Comida real = Inversiones de calidad

No todos los alimentos son iguales, no solo cuentan las calorías. Sabes que un ultraprocesado te da energía, pero no te aporta los mismos nutrientes que la comida real. Lo mismo ocurre con las inversiones.

Invertir sin conocimiento ni un plan puede darte algunas ganancias si tienes suerte, pero a la larga no es una buena receta. Podrías perder dinero, obtener menos de lo esperado o vivir el proceso con estrés.

Necesitas una «dieta financiera» equilibrada, sostenible y con productos de calidad. Que entiendas y te nutran de verdad.

Dieta variada = Diversificación

Igual que tu cuerpo necesita diferentes tipos de nutrientes… tus finanzas necesitan distintos activos.

El aguacate puede ser muy sano, pero tu dieta no lo será si solo comes ese alimento.

Lo mismo pasa con las inversiones: para tener una experiencia satisfactoria, debemos combinar diferentes tipos de activos para obtener una receta sana y nutritiva.

O lo que es lo mismo: que nos lleve hasta nuestros objetivos financieros de forma segura y sostenible.

Dormir bien = Pensar a largo plazo

Dormir poco y mal un día no te mata. Pero si lo haces durante años, tu cuerpo se resentirá.

Invertir solo en momentos puntuales para sacar algo de rendimiento es como tener un mal patrón de sueño. Puede que aproveches mejor algunos días sueltos, pero a la larga no funciona.

Tanto en la vida como en la inversión, la clave está en el largo plazo. Afilar la sierra cada día, priorizando un buen descanso, nos llevará más lejos.

Del mismo modo, una estrategia de inversión que funcione pase lo que pase, y que te deje dormir tranquilo (literalmente), te dará los mejores resultados a décadas vista.

¿Y cómo cuido yo mi salud financiera? 

Cartera permanente

La estrategia que utilizo (y enseño) se llama Cartera Permanente

Está pensada para darte: estabilidad en cualquier entorno económico, crecimiento real (por encima de la inflación) y tranquilidad para que no tengas que estar pendiente del mercado.

Se basa en los cuatro grandes activos financieros:

  • Acciones: el motor de crecimiento.  
  • Bonos de largo plazo: defensa en recesiones.  
  • Oro: protección ante inflación y crisis.  
  • Efectivo: estabilidad y liquidez.

Cada uno cumple su papel. A veces unos caen, pero otros suben. Lo importante es el equilibrio del conjunto.

¿Y qué resultados puedes esperar?

Históricamente, la Cartera Permanente ha ofrecido: rentabilidad real en torno al 4% anual por encima de la inflación, baja volatilidad y un enfoque muy sencillo de seguir, incluso si no sabes de finanzas.

Es una forma de invertir con calma, sin agobios ni complicaciones.

En resumen: cuida tus finanzas como cuidas tu cuerpo.

Si ya cuidas lo que comes, haces ejercicio, duermes bien y te mueves para tener una vida más larga y saludable… ¿por qué no haces lo mismo con tu dinero?

No necesitas hacer cosas raras ni volverte un experto. Solo buenos hábitos, constancia y una estrategia que funcione.

Porque sí: tener salud es lo más importante, pero tener salud y libertad… es todavía mejor.

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No esperes a tenerlo todo claro: empieza hoy. Miles de personas ya lo están haciendo.

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